-Los ministros de Salud de los países del G8 se reunieron en Londres, en una cumbre sin precedentes, cuyo objetivo fue la lucha contra el Alzheimer y todas las formas de demencia que afectan a 44 millones de personas en el mundo.
Esta cifra, que constituye una auténtica “tragedia humana”, podría triplicarse en 2050, según los responsables del evento.
En los últimos años, el mundo se consagró a atacar enfermedades como “el paludismo, el cáncer, el VIH/sida, y hoy estamos resueltos” a hacerlo contra la demencia, señaló el primer ministro británico David Cameron, anfitrión del encuentro.
“Deseo que esta fecha marque el comienzo del contraataque internacional” contra la demencia, añadió ante los ministros de Salud de los ocho países más ricos del mundo.
Durante esta cumbre, hasta ahora inédita, de apenas una jornada de duración, el G8 se planteó como principal objetivo “encontrar de aquí a 2025 un remedio o tratamiento” para la demencia, de la cual el mal de Alzheimer es la causa más frecuente en todo el mundo.
Los ministros de Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Canadá, Japón, Rusia y Estados Unidos se reunieron con expertos, científicos y ONG para abordar una enfermedad considerada a menudo como el nuevo mal del siglo.
Un informe de Alzheimer Disease International (ADI), federación de asociaciones con sede en Londres, indicó la semana pasada que el número de enfermos de demencia aumentó en un 22% en los últimos tres años. Del total de afectados, los enfermos de Alzheimer representan entre el 60 y el 70% de los casos.
El número actual de enfermos, unos 44 millones, aumentará hasta los 135 millones, según este estudio. La demencia, enfermedad que no tiene aún ningún tratamiento, representa uno de “los grandes desafíos en materia de salud pública de nuestra generación”, añade.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) cifró el costo de la enfermedad en 440.000 millones de euros (604.000 millones de dólares), únicamente en 2010.
Cameron había ya anunciado su intención de duplicar en diez años el presupuesto anual dedicado a la enfermedad, que pasaría así de los 66 a los 132 millones de libras (146 millones de euros, 200 millones de dólares) en 2022.
Asimismo, subrayó la importancia de la cooperación internacional, ya que la mayoría de enfermos, el 62% según ADI, viven en “países con rentas medias o bajas”, donde el acceso a la protección social y a los cuidados son limitados.
“Si queremos combatir la demencia, tenemos que trabajar a nivel global, con los países, las empresas y los científicos de todo el mundo como hemos hecho con el cáncer, el VIH y el SIDA”, añadió el jefe de gobierno británico.
“Contamos hoy en Londres con algunas de las naciones más importantes del mundo reunidas alrededor de una mesa para determinar como avanzar juntos y buscar soluciones”, insistió.
A pesar de los progresos, la investigación en este campo no ha encontrado por el momento ningún remedio. Actualmente, se focaliza en entender mejor la consecución de la “cascada” de procesos que terminan con la muerte de las neuronas y en esclarecer mejor las primeras alteraciones.
Jeremy Hunt, ministro británico de Sanidad, esperaba que este encuentro tuviera “el mismo impacto que el del VIH en Gleneagles en 2005, que se convirtió en un momento crucial en la lucha contra el SIDA”.
Dos investigadores británicos anunciaron en octubre el descubrimiento de un compuesto químico que, en ratones, bloquea una enfermedad de priones, lo que podría representar una nueva pista terapéutica para las enfermedades de Alzheimer y de Parkinson
“Estamos aún lejos de un medicamento apto para las personas”, relativizó Giovanna Mallucci, principal responsable de esta investigación llevada a cabo en la Universidad de Leicester.