Circular por la Ribereña y la Circunvalación Norte se ha convertido en un riesgo para quienes la utilizan en la búsqueda de circulación más ligera.
Sobre todo en horas de la noche son muchos los conductores que optan por evitarlas ante el temor de sufrir un accidente o ser víctimas de elementos que las han tomado para cometer sus fechorías o de los llamados “locos del volante” que se divierten desarrollando velocidades excesivas.
En lo que va del año que concluye la Ribereña ha sido escenario de unos cuantos accidentes automovilísticos provocados por abusivos comportamientos.
Existe un tramo, entre el distrtibuidor Uruguay y Tarabana, en especial cerca de Las Damas, donde se observa cómo muchos vehículos, además de excesivas velocidades, realizan maniobras imprudentes que muchas veces han terminado en choques o vuelcvos con saldos fatales.
Todo eso ocurre por la inexistencia de un sistema de patrullaje que mantenga el control de quienes utilizan ambas avenidas para salir o cruzar la ciudad.