El municipio Urdaneta, por las condiciones de su tierra y las climáticas, se destaca en la producción de rubros como cebolla y melón, aunque hasta hace algunos años también desde allí se enviaba maíz, sorgo y sisal al resto del país, e incluso hacia el exterior.
“La situación ha cambiado negativamente al punto de que el número de productores ha disminuido, en mi caso de melón, uno de los rubros que nos identificaba”, explica Héctor Riera, dueño de una finca en la zona de Guanarito.
Según sus cálculos, en Urdaneta sólo quedan unos veinte agricutores que producen melones en la temporada grande que es durante los meses de agosto, septiembre y octubre.
“Hasta hace algunos años éramos como 100, pero la situación por los altos costos y las dificultades para encontrar insumos, sobre todo después de la expropiación de Agroisleña se puso grave y quedamos pocos, apenas trabajamos para cubrir los gastos”, indica Riera.
Puntualiza que el problema ha llegado a tal extremo que hasta la mano de obra ha tenido que emigrar hacia los llanos porque en Urdaneta no encuentran dónde trabajar.
Considera muy negativa para la producción el cierre de Agroisleña pues Agropatria no cumple en nada con los agricultores.
“Es necesario una política gubernamental que nos garantice insumos y financiamiento para que podamos producir todo el año, no como ahora que sólo lo hacemos unos meses”, afirmó.
La cebolla
También los agricultores dedicados al ramo de la cebolla confrontan problemas por la falta de insumos y los altos costos de los que se pueden conseguir después de la expropiación de Agroisleña.
Oswaldo Orihuela es uno de los 300, aproximadamente, que aún quedan en el municipio Urdaneta, entre pequeños, medianos y grandes.
Allí se produce cebolla todo el año, aunque los meses más fuertes son los de abril, mayo y junio, calculándose unos 15 milones de kilos.
Explica Orihuela que anteriormente recibían créditos personales de Agroisleña, pero ahora Agropatria los eliminó, además de que se les hace dificultoso conseguir los insumos necesarios para las siembras.
“No conseguimos semillas, y la que llega es importada y sale muy cara”, expresa.
Pero a pesar de las dificultades siguen trabajando en el campo, aunque a veces a pérdidas, para que el municipio Urdaneta, Siquisique, Baragua, Santa Inés y Moroturo, no pierda del todo su nombre como una de las regiones agrícolas del país.
“Esa situación debe mejorar o, de lo contrario, solamente podrán sobrevivir algunos como agricultores en el municipio”, puntualizó Orihuela.
Parroquia Moroturo
Hasta hace algunos años la parroquia Moroturo, en sus 22 mil hectáreas, estuvo calificada como una de las pricipales productoras de sorgo, maíz y ganado, pero, por falta de apoyo oficial, también se ha venido abajo, como lo afirma William Peña, uno de los ganaderos de la zona.
Calcula en 35 mil la cantidad de litros de leche que diariamente producen los, aproximadamente, 700 productores, en su mayoría pequeño, existentes.
Eso representa un millón cien mil litros mensualmente y 13 millones y medio al año.
Además, la parroquia Moroturo ha enviado a los mataderos 4.300 cabezas de ganado vacuno, cada uno con un promedio de 450 kilos, para un total de 20 mil toneladas de carne en el 2013.
“Aquí los principales problemas que tenemos los dueños de fincas son, vialidad y créditos, además de las dificultades para conseguir insumos”, señala.
“La vialidad agrícola en Moroturo, como en todo el municipio Urdaneta, está vuelta un desastre, y no se observan intenciones de que le vayan a meter la mano”, dice.
Igualmente denuncia que una buena cantidad de maquinarias se encuentran inactivas por falta de los repuestos necesarios para ser reparadas, además de que las compras de los mismos están dolarizadas, lo que les hace muy costosos pues deben ser adquiridos con dólares paralelos.
Peña también considera un grave daño a los productores agropecuarios la expropiación de Agroisleña pues allí tenían asesoramiento técnico gratuito y créditos, lo que no se consigue ahora con Agropatria donde, según afirmó, nunca hay nada de lo que se necesita.
Denunció el estado de abandono en que fueron dejados los silos construidos en la parroquia para depositar sorgo, además de la falta de apoyo para quienes estaban dedicados a ese rubro.
Igualmente recordó que hace algunos años ofrecieron la instalación de un matadero para que los ganaderos no tuvieran que enviar a Barquisimeto el ganado a ser beneficiado y se quedó en el proyecto, igual que la planta procesadora de alimentos, a la que incluso se le asignaron recursos y también una finca caprina y la planta procesadora de sábila.
Vialidad
Wilmer Coronel, dirigente social, llamó la atención sobre la necesidad de que al municipio Urdaneta se le preste mayor apoyo desde los entes oficiales, en especial en lo que respecta a vialidad, comenzando por el puente sobre el río Yaracuy, que lleva años en condición de provisional y desde el MTT no se dice nada sobre su sustitución por uno definitivo.
También se refirió al cocuy de penca, licor artesanal que identifica al municipio Urdaneta en todo el país, cuyos productores requieren más apoyo para su comercialización.
“Esperamos que cambie la situación de nuestro municipio porque lo tienen en el más completo abandono, en especial en cuanto a la vialidad, rural y urbana”, enfatizó Coronel.
Cultura y deporte
Para Giusepina D’ Paola, promotora cultural, en Urdaneta dejaron acabar las actividades culturales.
Recuerda el grupo de danzas Renacer, que ella coordinaba, y por falta de recursos tuvo que paralizar sus actividades, privando de él a 40 niñas.
“En Urdaneta tenemos muchos valores culturales que deben ser rescatados o preservados, pero si no existe el apoyo oficial es muy difícil que puedan darse a conocer y destacarse”, expresó.
En la misma situación se encuentra el deporte en Urdaneta, donde muchos niños o jóvenes que podrían representar al municipio en competencias regionales, están impedidos de desarrollar sus habilidades deportivas.
En síntesis, el municipio Urdaneta, con una población de más de 69 mil habitantes, necesita que se le atienda y aporte los recursos necesarios para que pueda desarrollar sus amplias posibilidades productivas en diferentes renglones agrícolas y pecuarios y deje de ser considerado como el más deprimido del estado Lara.