Los vecinos de sectores como La Lagunita, Altos de las Flores, Santa Rosa y hasta de otros más distantes, se cansaron de notificar a Hidrolara el foco de contaminación existente en el lugar como consecuencia de la red de cloacas desbordadas por una obstrucción.
Lo que hace más de un mes comenzó con apenas una débil filtración con aguas servidas se convirtió en un verdadero río que corría por la bajada de Santa Rosa hasta la redoma.
“Esto no se puede aguantar más y no toman en cuenta el problema de salud que este bote de aguas negras representa, no sólo para quienes vivimos aquí sino también para los que pasan porque los malos olores se les pegan a los carros”, dijo José Linares, uno de los habitantes.
“Y después del mediodía esto se pone peor porque parece que sale más agua y ya tenemos más de un mes con este problema, los muchachos enfermándose, y los grandes también. Esto no se puede aguantar más”, manifestó Sandra Martínez, otra vecina.
Con el fin de llamar la atención de quienes dirigen el organismo al que compete, en este caso Hidrolara, un grupo de habitantes de La Lagunita, Alto de las Flores y Santa Rosa protestó durante la mañana de este jueves cerrando la llamada bajada y subida de Santa Rosa.
Afortunadamente la protesta se inició después de las ocho, cuando ya la mayoría de quienes residen en Palavecino y trabajan en Barquisimeto había subido.
Sin embargo, hubo algo de congestionamiento en la redoma, pues durante el tiempo que duró el cierre no apareció un funcionario de Tránsito, Policía Municipal o Policía de Lara que orientara a los conductores.
Sólo en la entrada a Santa Rosa había un uniformado de Tránsito Terrestre que dirigía hacia el poblado a quienes iban hacia Palavecino para salir en Yacural y retornar en la redoma.
“De aquí no nos movemos hasta que venga alguien a resolvernos este grave problema que aspiramos no exista para Navidad porque las familias de todos estos sectores queremos respirar aire puro, no el que existe ahora con esos malos olores”, expresó Sandra.
Cerca de las diez de la mañana se presentó una cuadrilla de Hidrolara, cuyos obreros comenzaron a abrir un enorme boquete para detectar el origen de la irregularidad.
Antes, la presidenta de Hidrolara, Adriana Díaz, informó a EL IMPULSO que, aunque carecían del llamado camión Vaqoon, utilizado en la reparación de este tipo de averías, se iba a trabajar inmediatamente para eliminar el problema.
Para las primeras horas de la tarde las malolientes aguas servidas habían dejado de correr por la bajada de Santa Rosa y se continuaba trabajando en el sitio.
Los vecinos, y también los usuarios de la vía, en sentido este-oeste, igualmente esperan sea eliminada la filtración que durante años ha existido allí, provocando incluso derrumbes de la montaña, obstruyendo la capa de rodamiento.
Todo indica que la filtración procede de algunas viviendas ubicadas en la parte alta donde no existe red de cloacas y los vecinos han recurrido a pozos sépticos ya colapsados.