Una toma simbólica fue formalizada ayer en horas de la mañana por parte de un grupo de 150 familias en un terreno aledaño al Mercado Mayorista de Barquisimeto, el cual tiene más de 36 años sin la ejecución de algún proyecto.
“No es una invasión”, aclaró Ronald Mujica, vocero del consejo comunal Brisas del Mayorista 2178, quien reconoce que una ocupación ilegal es un delito contemplado en las leyes y por ello avanzan en una toma simbólica, el resguardo de un predio donde aspiran desarrollar un complejo habitacional con 150 viviendas.
Mujica asegura que la comunidad sostuvo una reunión con la alcaldesa Amalia Sáez hace unos seis meses, a quien plantearon la necesidad de ceder en propiedad al menos unas tres hectáreas de las 40 que tiene el terreno, con la finalidad de ejecutar un proyecto que ya está diseñado por un grupo de técnicos.
Tenemos un censo hecho con familias de esta comunidad y también de San Francisco y Las Tinajitas, quienes resultarán beneficiados con este plan habitacional del cual ya conocen las autoridades municipales y nacionales.
El vocero de la comunidad aspira que luego de la toma simbólica que se concretó este sábado, la alcaldesa Amalia Sáez y el ingeniero Vladimir Silva, representante del Ministerio de Hábitat y Vivienda en Lara, puedan acercarse y disponer de un tiempo para estudiar y finalmente ejecutar el plan.
La cualidad jurídica del terreno indica que la propiedad es del municipio, por cuanto es la alcaldesa, con anuencia de los concejales, la que puede conceder en propiedad la porción que solicita la comunidad.
Y son las mismas familias las que comentan que desde hace varios años el espacio se tiene concebido para la ampliación de una etapa más de Mercabar, pero ante la tardanza en la ejecución de ese proyecto y la premura de tantas personas sin vivienda propia, se atrevieron a montar el plan posterior a la conversación con la alcaldesa e iniciar la toma.
Levantaron un “ranchito bolivariano”, construido con latas pintadas en color rojo y afiches del presidente Hugo Chávez para mostrar la vocación revolucionaria de los aspirantes a casa.
Cada domingo las familias allí apostadas preparan sopa al aire libre y se reúnen cual picnic con la esperanza intacta de que las autoridades municipales atenderán sus requerimientos habitacionales.
Ayer había una nutrida fila de personas que se anotaban en una lista con la cual censaron a la comunidad.
Foto: Ricardo Marapacuto