El Gobierno de Venezuela comenzará a regular los precios de los automotores nuevos y usados como parte de sus intentos por frenar la vertiginosa inflación que sufre la economía del país petrolero, de acuerdo con un decreto publicado el jueves.
El presidente Nicolás Maduro asegura que las ensambladoras y concesionarias de autos inflan los precios artificialmente manipulando la oferta. La industria argumenta que el limitado acceso a divisas por un control de cambios la ha forzado a reducir su producción.
Con las potestades especiales que le otorgó el Congreso para gobernar por decreto durante un año, Maduro reforzó su ofensiva para poner un tope a las ganancias empresariales con la ley.
«Los precios serán el resultado del estudio de las estructuras de costos y el establecimiento de una ganancia razonable», se lee en el decreto publicado el jueves en la Gaceta Oficial.
Los venezolanos deben anotarse en largas listas y esperar hasta más de dos años para estrenar un auto. Los usados suelen duplicar el precio de los autos en el concesionario.
Contrario a la dinámica normal de mercado, en Venezuela el precio de los automóviles se va apreciando con el tiempo porque son utilizados como instrumentos de ahorro e inversión.
«Los vehículos automotores usados que se comercialicen en el mercado secundario no podrán exceder el precio de los vehículos nuevos a puerta de fábrica», agrega la norma.
Los encargados de establecer los márgenes de comercialización de los concesionarios serán los Ministerios de Comercio e Industrias.
Ford, General Motors, Mitsubishi y Chrysler, tienen ensambladoras en Venezuela. El Gobierno está haciendo alianzas para que también Renault y Peugeot
establezcan fábricas en el país.
La nueva ley entró en vigencia solo unos días antes de que los venezolanos se dirijan a las urnas para elegir a sus autoridades municipales.
Las elecciones serán un termómetro del apoyo a las políticas de Maduro, que desde que asumió hace ocho meses ha tenido que lidiar con una inflación que roza el 55 por ciento anual, una escasez de productos básicos y fallas en los servicios públicos.
Importación particular
Con el nuevo decreto, los venezolanos podrán importar autos nuevos a través de la empresa estatal Suvinca. Los interesados deberán entregar las divisas a la empresa, que se encargará de la operación.
No quedaba claro de inmediato si el Estado venderá divisas para este tipo de operaciones o si establecerá parámetros especiales para el pago de aranceles. Pero una de las condiciones es que los vehículos adquiridos con este mecanismo no podrán ser vendidos por un período de tres años.
Para facilitar la importación de autos, el Gobierno reformó parcialmente una ley sobre delitos cambiarios.
Ahora las personas que tengan cuentas en moneda extranjera en la banca pública local no serán penadas por hacer transacciones con divisas. Tampoco deberán declarar el origen de la moneda extranjera que depositen en las cuentas, siempre y cuando las abran en la banca del Estado.
as modificaciones a la ley son «para permitir la excepción de traer divisas al país para facilitar la compra de un carro», dijo Asdrúbal Oliveros, de la firma local Ecoanalítica.
Aunque esta reforma permite a los particulares comerciar bienes con dólares, las transacciones se ven limitadas por las normas de las cuentas en bancos públicos, que permiten transferencias de fondos sólo entre cuentas del mismo beneficiario.
Ante el férreo control de cambios que lleva una década, Venezuela tiene un mercado paralelo ilegal de divisas, donde según operadores, los dólares se venden a 10 veces el precio oficial.
