¡Prudencia!

El momento lo exige. Debemos actuar con cautela, observar con detenimiento lo que ocurre. ¿Cuál es la intención de ellos y qué deseamos nosotros? Dios nos dio varios dones, entre ellos la virtud de la prudencia, de actuar con sensatez y nos ha llegado el momento de hacerlo, porque quienes tienen el poder están dando muestras de locura política arropadas de aquel viejo populismo que se niega a morir, pero deja ver en los últimos movimientos sus zarpazos de agonía.  Para nosotros la prudencia es nuestra compañera y más aún cuando las horas más difíciles se acercan. Con ella lograremos vencer a la temeridad y la insensatez, porque nuestra prudencia no es por temor, sino porque entendemos que lo urgente, ahora, es esperar.
El sábado 16 se inició oficialmente la campaña electoral (¿?) para las elecciones municipales del próximo 8 de diciembre, pero el proceso se ve en la actualidad gravemente afectado por la crisis económica que vive el país y que al mismo tiempo lo arrastra aguas abajo a una crisis política, porque sobre él también pesa en menos de un año de gobierno una gestión extremadamente cuestionada por la inseguridad, la incapacidad de resolver el problema eléctrico del país y el de la totalidad de los servicios públicos, el poco interés en fortalecer el aparato productivo nacional y los errores en materia económica y financiera que han ocasionado una fuerte baja de nuestras reservas internacionales, aumento de la deuda pública externa y una disminución de nuestra reserva alimentaria, fomentada por el control cambiario, por la escasez y la inflación, que nos ha puesto al borde de una hiperinflación, una inflación muy elevada y fuera de control, en la que los precios aumentan rápidamente al mismo tiempo que nuestra moneda pierde valor.
Con este cuadro el gobierno no puede esperar para el 8 de diciembre y en consecuencia está actuando para contrarrestar el mal. Seguramente ha consultado a los mejores expertos en materia económica, pero por lo que hasta ahora se ha visto es pura actuación militar y policial para investigar a los comerciantes y reprimir a los saqueadores, con el fin de controlar la especulación, entretanto la escasez se ha acentuado y se avizora el crecimiento del aborrecido mercado negro. Ojalá y el gobierno tenga la posibilidad de corregir este desequilibrio económico y no se equivoque en las medidas que tome, porque entonces el desequilibrio económico traerá un desequilibrio social y una inestabilidad política que no sólo afectará al gobierno en el resultado del 8 de diciembre, sino en la incertidumbre que se mantendrá durante el período de la crisis.
La prudencia son los anteojos que nos permiten ver de lejos. En menos de un mes tendremos la oportunidad de votar y mostrar nuestra fuerza. Actuaremos en el tiempo adecuado y los anteojos nos permitirán ver la debilidad y el rechazo que hay por el adversario, el cuestionamiento a su forma de actuar, la critica a su incapacidad y la obsolescencia de su proyecto que ya lleva siglos de fracaso en fracaso. Entretanto, el oficialismo está obligado a asumir como suyo el triunfo o la derrota. Si la derrota es abrumadora, tal como lo pronostican voceros políticos, pues entonces se pondría en juego el futuro del actual gobierno y la prudencia estaría actuando en el tiempo adecuado.

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