La Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) reconoció el martes, en solemne acto académico, la trayectoria y el legado del maestro José Francisco del Castillo, quien dijo sentirse honrado y profundamente emocionado por el aprecio concedido.
La enseñanza, dijo, implica un gran compromiso, el cual he asumido durante 45 años.
“El mayor reconocimiento lo llevo por dentro… cuando mis alumnos tocan. Mi mayor satisfacción es ver el producto de seis generaciones que a su vez, son multiplicadores de esa enseñanza, con su estilo personal, pero bajo la misma premisa, por eso hemos concebido una escuela tan importante como la Academia Latinoamericana de Violín y el Sistema de Orquestas y Coros”.
El maestro destacó que Lara es un semillero de la música en Venezuela, un estado que ha dado músicos extraordinarios.
Acerca del estudio del violín comentó que la base es fundamental.
“El profesor debe tener una visión aguda para conocer la capacidad de cada alumno. No hay que dar concesiones al estudiante en cuanto a la afinación del instrumento. Si esas bases están mal, se derrumba todo.
Soy terrible en ese aspecto. El violín es un instrumento versátil, de infinitas posibilidades, su fin es imitar la voz”.
Vínculo con la universidad
El profesor Francisco Díaz, director de la Academia Latinoamericana de Violín en la región, exaltó que la distinción representa un homenaje a la calidad profesional, a los valores cultivados durante toda una vida por una escuela que con tesón estableció Del Castillo.
“Esfuerzo, constancia, disciplina, respeto, honestidad, entre otros, son valores que están plasmados en esa obra emprendida por el maestro, quien es reconocido mundialmente por ser heredero de esa gran escuela que inició Iván Galamián y también por ser protagonista del desarrollo y la calidad que caracteriza al Sistema”.
Se trata, agregó, de un justo reconocimiento a uno de los fundadores del Sistema de Orquestas, de la Academia Latinoamericana de Violín y de la enseñanza de las cátedras instrumentales en Venezuela bajo el concepto de la música como ciencia, para un desarrollo sin precedentes y sistematizado.
“Históricamente, se acostumbra otorgar el Doctorado Honoris Causa a personalidades que lo merecen pero, el título de Profesor Honorario, constituye un vínculo directo con los valores que profesa la universidad y su visión de un mejor país”.
Actualmente, el núcleo de la Academia Latinoamericana de Violín en nuestro estado tiene 17 años.
Es un programa que funciona bajo una metodología mixta, compuesta por 135 alumnos que se acercan de las distintas localidades y estados centroccidentales.
Importante figura
“Es una de las figuras más importantes de la educación musical venezolana”, así describió el maestro Tarcisio Barreto al laureado violinista.
El director de la Orquesta Sinfónica de Lara y pupilo de José Francisco del Castillo aseguró que no sólo se trata del gran profesor de violín sino que ha cambiado la plataforma educativa de todas las escuelas en Venezuela.
“El maestro transformó la educación musical. Fue ese pionero que organizó y sistematizó las cátedras, el modelo a seguir, el estandarte, la luz de la educación”.
Cuando le preguntamos a Barreto por ese consejo que José Francisco del Castillo le dio y que guarda con cariño, se refirió a la autocrítica severa, a nunca creer que se está en un sitial y a ser humilde ante los reconocimientos.
“El maestro le dio prioridad a los métodos, a las obras, sistematizó de manera muy eficiente el estudio del violín, lo que fue emulado por las distintas cátedras de violonchelo, de flauta, fagot… siguieron el modelo de José Francisco del Castillo sobre cómo debe funcionar una academia”.
Explicó que Del Castillo realizó una síntesis de sus estudios en Europa y Estados Unidos, tomó todo eso para construir un método efectivo que demuestra que sus estudiantes, en el escenario que se paren, son los mejores. “Muchos de sus pupilos están desplegados por el mundo”.
Orgulloso
Alfredo D’ Addona, director del Sistema en Lara, dijo sentirse orgulloso por el título conferido a José Francisco del Castillo.
“Lo conozco desde que estábamos muy pequeños y hemos compartido con él mil cosas, no sólo en el ámbito musical, sino la parte humana también”.
Una de sus particularidades, sostuvo, es impartir las clases de manera jocosa, a todo le encuentra un chiste o anécdota, muy carismático, distinto al resto de los profesores.
“Crecí al igual que Tarcisio a su lado, por lo cual me siento orgulloso por el reconocimiento que le otorga la UCLA. Su legado más importante es encontrarse en cualquier parte del mundo a un músico formado por él. Qué mejor legado que hoy por hoy sigue dando frutos. Es ejemplo del Sistema y esperamos que Dios lo guarde muchos años más para que siga impartiendo su sabiduría”.
Labor pedagógica
El maestro, precisó Francesco Leone, rector de la UCLA, ha cumplido con una labor pedagógica excepcional en su condición de maestro de numerosas generaciones de músicos en nuestro país, proyectándolos mundialmente.
“Con su constancia y trabajo reconoce la importancia de la música en la formación de una sociedad más armoniosa. Ha dejado clara evidencia de su preocupación por la formación de músicos integrales al promover los estudios de violín en la geografía nacional. Su nombre destaca por la intensa actividad docente que lleva a cabo en el Sistema de Orquestas, ejemplo de un paradigma en el movimiento musical del continente”.
