Lectura – Sabores

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Los sabores artificiales pregonados por las campañas publicitarias anunciando cuánta ofertas de comidas con sabor de…, son los responsables de que la población venezolana hombres, mujeres y niños tengan el abdomen voluminoso, y el cuerpo todo lleno de grasa. Es una verdadera enfermedad esta gordura fofa que impide caminar con soltura y creadificultades para respirar. Todo este desastre comenzó cuando se cambiaron los hábitos alimenticios comunes y tradicionales.
Todas las familias venezolanas, desde las más humildes hasta las más encopetadas se alimentaban con la comida preparada en casa; comidas criollas, con productos naturales y comunes como el maíz, la caraota, el arroz, el papelón, los huevos, carne vacuna y carne de aves, poco pescado. Entonces  bajo ese control nada impuesto en Venezuela no habían obesos, ¡claro! Estaban las excepciones, pero muy contadas las personas que por descendencia tenían organismos voluminosos. Ahora, vemos con angustiante desespero, cuando vamos por las calles de esta ciudad y de cualquiera otra de nuestras poblaciones, ver como nuestra gente, esa que hasta hace poco tiempo caminaba saludable con sus cuerpos normales por todo el país, se observan en un estado de deleznable de postración. La comida criolla, natural, con sabores propios y no artificiales la rechazan; ¡guácala!, dicen haciendo un gesto de obstinada repulsión
Llamamos evolución el proceso mediante el cual las tradiciones y las costumbrespaulatinamente desaparecer.Un obstinado proceso de sostenida inducción publicitaria mediante una sostenida educación sin aulasno descansa. La publicidad, maestra en el arte de subliminar los gustos, de algunos años a esta parte, han impuesto los sabores artificiales, que además de ser muy sabrosos, corrompen el funcionamiento natural de los sistemas orgánicos como el digestivo, el cardiológico, el hepático, el intestinal, el pancreático, el sanguíneo el cerebral; con un sistema orgánico tan corrompido, el organismo pierde el control de su funcionamiento. Todas esas comidas de apetitosos sabores, aunque estéticamente rechazables, que llenan “el sentido” del apetito son las responsables de esa terrible enfermedad del venezolano: la obesidad.
El progreso en el campo alimentario es una amenaza de destrucción de la humanidad. El sabor ha sido el gancho para que la industria de las  trasnacionales llenan sus bolsas mientras el consumidor se consume en el desastre más patético del presente: la destrucción del hombre como resultado de su alimentación. La familia con esta modalidad consumista de la comida, olvido que la comida se prepara y se consume en la  casa; cualquier tarantín de comidas rápidas es para la familia más fascinante que una mesa con manteles en torno a la cual, cómodamente sentados, degustamos los sabores naturales de nuestros productos naturales, sin enlatados, sin los llamados refrescos, sin nada de charcuterías, pero con jugos naturales de nuestras más deliciosas frutas tropicales. De seguro este es  el remedio más inmediato para la salud de nuestro pueblo contra la obesidad.

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