La Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) anunció este miércoles el descubrimiento de una nueva partícula que podría ser el bosón de Higgs, aunque todavía es demasiado pronto para saber si se trata de la «partícula de Dios» que los investigadores llevan décadas buscando.
Los físicos consideran al bosón de Higgs como la clave para entender la estructura fundamental de la materia, la partícula que atribuye la masa a todas las demás, según la teoría llamada del «modelo estándar».
A pesar de las dudas de si esta nueva partícula es el bosón de Higgs o otro tipo de partícula, los aplausos y las caras de los físicos reunidos en Ginebra este miércoles reflejaban la alegría y el alivio del mundo científico.
«Nunca pensé que asistiría a algo así en vida y voy a pedir a mi familia que ponga el champán en la nevera», dijo Peter Higgs, el científico de 83 años que en 1964, junto a sus sus colegas Robert Brout (fallecido en 2011) y François Englert, postuló por deducción la existencia del bosón que lleva su nombre.
La emoción fue palpable y Englert, sentado junto a Higgs, no pudo retener las lágrimas.
«Hemos superado una nueva etapa en nuestra comprensión de la naturaleza», dijo el director general del CERN, Rolf Heuer.
Las investigaciones se llevan a cabo en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), el acelerador de partículas más grande del mundo, situado bajo la sede del CERN en Ginebra.
En este túnel de 27 kilómetros de circunferencia, instalado a 100 metros bajo tierra, los físicos provocan el choque de miles de millones de protones con la esperanza de encontrar, con la ayuda de todo tipo de detectores, el rastro del bosón entre los restos (cascadas de partículas).
El anuncio de este miércoles llega después de que el pasado mes de diciembre el misterio sobre el bosón de Higgs se redujera sensiblemente cuando los dos experimentos independientes que se están llevando a cabo en el LHC (llamados ATLAS y CMS) limitaron una región situada entre 124 y 126 giga electrón voltios (1 GeV equivale a la masa de un protón).
Pero hasta ahora el principal obstáculo era el margen de error de los dos experimentos, todavía demasiado grande a pesar del gran número de datos acumulados, y que obligaba a los científicos a hablar de «indicaciones» y no de «descubrimiento» del bosón.
El LHC, tras un pausa en invierno, volvió a ponerse en marcha en abril a pleno rendimiento y generó en tres meses más datos que en todo 2011.
«Quizás es el bosón de Higgs lo que hemos encontrado, quizás hoy hemos comprendido cómo se organizó la materia al principio del Universo, una milésima de milmillonésima de segundo después del Big Bang», explicó Yves Sirois, uno de los portavoces del CMS.
«Quizás es el bosón de Higgs, quizás otra cosa mucho más grande que abre la puerta a una nueva teoría más allá del modelo estándar», añadió.