Honduras se jugará en las elecciones presidenciales del domingo su destino entre dos modelos opuestos, encarnados por la esposa de un derrocado mandatario que busca girar a la izquierda y un conservador que apuesta a continuar con la actual receta para superar la crisis económica y la galopante violencia del país.
La encuesta más reciente pronostica una pelea con uñas y dientes entre Xiomara Castro, cónyuge del ex presidente Manuel Zelaya, y el influyente jefe del Congreso, Juan Orlando Hernández, al punto de colocarlos en un empate técnico.
Castro, candidata del nuevo partido izquierdista Libre, saltó a la escena política al liderar protestas por el golpe de Estado contra su marido, sacado del cargo en pijamas y a punta de pistola por militares una madrugada de junio del 2009.
Con promesas de adoptar un modelo «socialista democrático», la aspirante a convertirse en la primera mujer en presidir el país lideró las preferencias por varios meses.
Pero fue perdiendo vapor ante el despliegue del candidato del Partido Nacional, que durante la campaña insistió en que con Castro regresaría el fantasma de inestabilidad política al país.
«En medio de toda esa desesperanza les quiero decir que tengamos fe. Libre es el único partido que plantea soluciones verdaderas para la crisis de Honduras», dijo Castro el domingo en su acto de cierre de campaña.
Gane quien gane los comicios recibirá un país con una crítica situación económica y deberá tratar de poner freno a la violencia del narcotráfico, que ha llevado a Honduras a tener la tasa de homicidios más alta del mundo.
Sus modelos coinciden en asistir a los más necesitados y establecer un sistema gratuito de salud universal en el país más pobre del hemisferio después de Haití. Pero más allá de eso no podrían ser más distintos.
Castro tiene entre sus propuestas revertir privatizaciones, lanzar una reforma agraria, cambiar la Constitución y revocar leyes que asegura violan los derechos de trabajadores. Y Hernández es un cabal representante de las políticas de libre mercado que busca impulsar la seguridad jurídica, privatizar carreteras y ampliar la base tributaria, entre otras cosas.
«En el próximo gobierno del partido Nacional vamos a recuperar la paz y la tranquilidad del país», dijo Hernández en su cierre de campaña. «Voy hacer lo que tenga que hacer para recuperar la paz y la tranquilidad de Honduras».
Unos 5,3 millones de hondureños estarán habilitados para votar en elecciones que consagrarán al candidato que obtenga tan solo un voto más que su escolta más cercano. El sucesor de Porfirio Lobo asumirá el 27 de enero.
Se espera que alrededor de las 19.00 hora local (0100 GMT) del domingo las autoridades electorales den una primera proyección del ganador de los comicios, en los que compiten otros seis candidatos presidenciales menos populares y en los que se renovará también el Congreso unicameral.
Foto: Reuters