El canciller de la República, Elías Jaua, defendió este lunes la memoria de Danilo Anderson, fiscal del Ministerio Público, al cumplirse 9 años de su fallecimiento, luego del atentado en su contra ocurrido la noche del 18 de noviembre de 2004.
Jaua reiteró la hipótesis del Estado venezolano de considerar que Anderson fue asesinado por causas políticas y en función de entorpecer el curso de sus investigaciones en los casos del golpe de Estado de abril de 2002 y el paro petrolero de 2002 y 2003, en los que ya habrían sido imputados cerca de 400 personas firmantes de la autoproclamación de Pedro Carmona Estanga, entre ellos, dueños de medios privados.
“Camarada Danilo Anderson, la burguesía, sus títeres político te asesinaron y no han desmayado en hacerlo moralmente. Pero tu siempre vencerás!”, escribió Jaua a través de su cuenta en la red social Twitter: “La burguesía y sus títeres político te asesinaron y no han desmayado en hacerlo moralmente”
Después del asesinato del fiscal, las autoridades venezolanas iniciaron una investigación de alto nivel que identificó a dos exagentes de policía que estaban estrechamente comprometidos con el complot homicida, Otoniel y Rolando Guevara, quienes fueron detenidos el 26 de noviembre de 2004 y acusados de homicidio calificado.
De acuerdo con las investigaciones emprendidas por el Ministerio Público, sobre este caso pesan órdenes de captura activas y alerta roja en la Policía Internacional contra Johann Peña, Pedro Lander y la periodista Patricia Poleo, por presuntamente estar involucrados en el asesinato del fiscal. Se presume que viven en Estados Unidos, bajo la protección de ese Gobierno.
Anderson destacó en el Gobierno de Hugo Chávez como un comprometido hombre de las leyes, y también era conocido como el fiscal del pueblo.
Estuvo presente, a pesar de todos los riesgos que implicaba, en el restablecimiento de la señal del canal estatal Venezolana de Televisión el 13 de abril de 2002, luego de que los golpistas sacaron del aire la señal, mientras en los canales privados sólo pasaban películas y caricaturas.
Además de estar encargado de las investigaciones a los 400 implicados en los sucesos del golpe de Estado de abril de 2002, Anderson también seguía casos del sabotaje petrolero de 2002 a 2003, por lo que pesaba sobre sus hombros una gran responsabilidad.