El problema electoral es que el árbitro (Consejo Nacional Electoral) es aceptado por una parte y rechazado por la otra, según el estudio sobre las condiciones para el 8 de diciembre, hecho por los doctores Benigno Alarcón y Mercedes Martelo, profesores de la Universidad Católica Andrés Bello, de Caracas, quienes hicieron una amplia exposición en la Sala Alternativa de la Fundación Juan Carmona, en el edificio de EL IMPULSO.
La presencia de estos prestigiosos docentes fue promovida por la UCAB, la asociación civil Compromiso Ciudadano, EGP, EL IMPULSO y la Fundación Juan Carmona.
Esa no es la situación de otros países, dijo el Dr. Alarcón, quien citó entre otros casos el de México, donde el PRI gobernó por 60 años y el árbitro fue cuestionado al principio, pero en los últimos procesos electorales, cuando ese partido perdió las elecciones, la gente pensaba que el órgano electoral era confiable.
Chile es una sociedad polarizada, pero la población cree en el árbitro electoral por considerarlo factor de equilibrio. E igual sucede en España, donde las condiciones electorales no se ven parcializadas.
En Venezuela, según el estudio, a la gente no le gusta hablar del secreto del voto, observaron los expositores. Durante muchísimo tiempo tanto partidos políticos como candidatos evitaron hacerlo. Inclusive, se ha salido a decir que el secreto del voto no es violable, cosa que creemos es cierta.
La realidad es que la percepción de la población electoral es que no hay secreto del voto. Además, es una percepción muy alta. Si la gente no cree en el secreto del voto hay una parte importantísima de los electores que su voto esté siendo condicionado por esta falta de confianza hacia el secreto del voto, sobre todo en procesos electorales que terminan definiéndose por un 2 ó un 3 por ciento.
Pero, en definitiva, los que en realidad no creen en el voto representa el 33 por ciento y quienes creen parcialmente, lo que tampoco es una respuesta alentadora, respondiendo puede que no haya secreto del voto, alcanza al 11 por ciento adicional. Eso suma 44 por ciento que tiene dudas.
El gobierno ha contribuido a generar desconfianza allí cuando el mismo presidente de la República, Nicolás Maduro, después de las elecciones, dijo que ellos sabían por quién había votado la gente y que tenían los nombres de las personas que habían votado de una manera distinta.
En otra parte del estudio, esa percepción se fue agravando, porque cuando se le preguntó a la gente si tuvo miedo de votar por el candidato de su preferencia, la mitad del electorado expresó haber tenido ese temor.
Cuando se hace la comparación entre la elección de octubre y la de abril, la cantidad de personas que expresa temor en haber votado por el candidato de su preferencia se duplica entre aquella elección del año pasado y la realizada este año.
De las cosas que se encontraron en el estudio sobre las condiciones electorales para el 8 de diciembre, esa es la más grave, afirmaron los investigadores.
Después, por el otro lado, independientemente del lado que se esté, hay críticas y observaciones a las condiciones electorales y a la autonomía del CNE, dijeron. Del lado del oficialismo se expresa en un porcentaje menor, pero realmente no hay una posición respetuosa hacia el árbitro.
