Un libro sobre Barquisimeto

Hoy en el Teatro Juares en un acto solemne, con motivo de los Cincuenta Años de la Clínica Razetti, entra en circulación un libro de mi autoría titulado “Barquisimeto: brumas de otra época”, con un concierto de gala del gran pianista venezolano Leopoldo Betancourt. Se trata de  un aporte importante a la historia de la ciudad capital del Estado Lara.
Es una obra que contiene 333 fotografías de colección, 76 poemas y escritos de narrativa corta de los mejores poetas y escritores larenses, se trabajó para su preparación en los archivos de 23 coleccionistas, contiene imágenes de 23 de los mejores fotógrafos de Barquisimeto  y para la preparación de la obra se consultaron 51 libros de autores importantes que han escrito en diversas épocas sobre la historia de esta ciudad.
La presentación del libro está a cargo del Dr. Francisco Finízola Celli quien con su hermano también médico Bartolomé Finízola Celli fundaron en 1963 la Clínica Razetti, en honor a uno de los padres de la medicina en Venezuela. Fue entonces una institución innovadora que marcó un hito en la atención de emergencia permanente y prestación de salud integral.
El libro está prologado por Carlos López Falcón que al frente de la Fundación de la Fototeca  de Barquisimeto  ha realizado un encomiable trabajo de recopilación del material fotográfico de la historia de la urbe fundada con el nombre de Nueva Segovia de Barquisimeto. En cualquier lugar del mundo una institución con este noble propósito recibiría apoyo oficial y donaciones privadas bajo el concepto de la Responsabilidad Social Empresarial.
La obra está dedicada a los fotógrafos, que como ha dicho el Doctor Kurt Nagel von Jess: “No hay un documento más auténtico y veraz que una foto y los fotógrafos son aquellos que ensimismados y extasiados por la belleza del paisaje en las noches de plenilunio, con sus primitivas camaritas a cuestas, plasmaron lo que vieron y sintieron”. Y como ha dicho también el Ex ministro de la Cultura de la República Dominicana, Tony Raful prologando una obra del mismo autor sobre Santo Domingo: “Leonardo da Vinci, genio asombroso que deslumbró el siglo XV, que todo lo dibujó o lo creó con aliento divino, fue quien describió entre sus notas una cámara oscura, que prefiguró la fotografía. La lucha por fijar la imagen, el momento definitivo donde atrapamos el instante. La fotografía es una de las maravillas de los tiempos modernos, en ella somos una permanencia del misterio, la fotografía ancla en espacios vitales. Los budistas enseñan con una sabiduría de milenios que nada es real porque nada es permanente. Solo la imagen permanece en el arte de la fotografía, solo ella es real”.
No ha sido valorado como fuente de la historia, el trabajo de los fotógrafos. Incluso se les ha excluido del género de las Bellas Artes. El fotógrafo es un aliado del reportaje diario,  del historiador, del investigador policial y hasta del autor literario.
No puedo ocultar al escribir estas líneas la satisfacción que produce el haber concluído mí veintiún libro, que como ha señalado el Doctor Rafael Simón Jiménez Melean al prologar otro libro sobre el mismo género que también aparecerá este año bajo el título de “Barinas: solar de nostalgia”: “Julio Portillo tiene capacidad de trabajo, metodología y modo de entusiasmar a todos aquellos que tengan que ver con el tema y esto es realmente admirable”. O como  ha escrito el actual Rector de la Universidad Cecilio Acosta, Doctor Ángel Lombardi: “Julio Portillo no es un fotógrafo profesional, pero tiene la intuición de la imagen y la sensibilidad del detalle. Es el habitante insomne  de la ciudad, que la padece, la sueña y la inventa. Es un cronista”. Conceptos que agradezco.
El inicio de la obra tuvo el estímulo de Juancho Carmona, Director del Diario El Impulso. He solicitado a los larenses el indulto del atrevimiento de este zuliano que hurgó en la lontananza de esta ciudad, casi con el oficio de un corresponsal forastero.