El Deportivo Lara estuvo a muy poco de dar un gran golpe en Valencia y conseguir una victoria que lo metía de nuevo en los primeros lugares, pero falló en el juego aéreo en costado defensivo, como ha ocurrido en otras tantas jornadas, y permitió la remontada del Carabobo FC (3-2) en el césped sintético del Misael Delgado.
La oncena rojinegra dejó escapar los tres puntos en los últimos doce minutos. Al 79 permitió un tanto del defensor Ángel Ojeda, que sorprendió al marcharse al ataque y madrugó a los adormecidos defensores del elenco crepuscular tras un centro lanzado desde la derecha, y poco después, al 87, encajó la anotación definitiva, marcada por Emilio Rentería tras recoger un rebote en el área.
Otra vez, la retaguardia falló en la tarea de rechazar el balón, aunado a que el portero Alan Liebeskind no estuvo acertado a la hora de decidir si salía a cortar el centro o se quedaba, y se perdió un partido que habría servido para fortalecer el ánimo y la motivación de cara al venidero duelo contra Caracas, en la vuelta de Eduardo Saragó al campo del sector La Campiña.
Sabor agridulce, sin duda. El conjunto larense, que tuvo a Rafa Santana en las gradas y a José María Morr otra vez en la zona de entrenadores, marcó dos tantos por segundo partido consecutivo, pero falló en el cometido de mantener el arco en cero, situación que, a la postre, dio al traste con sus aspiraciones.
Hizo un buen partido, es cierto, y tuvo la virtud de recuperarse de un gol tempranero, cuando Cristian Novoa adelantó a los cabrialenses al 4, a lo que replicó el argentino Hernán Zanni minutos luego, pero le faltó el esfuerzo extra, la seguridad en defensa, para contener al rival y liquidarlo.
Justo es decirlo, condicionó la expulsión de Vicente Suanno y se echó de menos a Juan Colina, el volante defensivo que suele venir del banco para defender las ventajas y congelar los partidos y que no estuvo por la lesión que lo tiene marginado desde hace casi un mes. La efectividad en ataque ya no es el problema –a pesar de que se fallaron un par en el primer tiempo que habrían servido para poner contra las cuerdas al cuadro carabobeño- sino que lo es la falta de solidez en defensa. Es un equipo que sufre con rivales de delanteros rápidos –no es el caso de Carabobo- y que también luce mal en las pelotas por el aire.
“Lo ensayamos toda la semana, sabíamos que nos iban a atacar por los costados y que nos iban a tirar centros y sin embargo no pudimos”, asumió el capitán Miguel Mea Vitali como mea culpa tras el partido.
A todas estas, la oncena rojinegra sigue sin sumar en carretera –ha perdido sus seis encuentros fuera de casa- y cae más abajo en la clasificación. Es cierto que ya no tiene oportunidades de título, pero necesita despegar, entrar en una buena racha, para subir posiciones y terminar dentro de los cinco primeros, la zona donde merece estar un conjunto que se armó para pelear título y que, de momento, aparece entreverado con los equipos de fondo, con aquellos cuyos objetivos, plantillas modestas, son mantener la categoría.
Hora de ajustes, mucho más cuando toca enfrentar a un Caracas que, manejado por Saragó, es especialista en pelotas paradas y cuenta con un gran cobrador como Rómulo Otero. Es momento de volver a tener el arco en cero.
