El cielo se llenó de gozo, con la llegada del padre Cruz Miguel Granados Farías, quien se despidió de este mundo, el pasado 23 de octubre, luego de una fuerte convalecencia.
Ayer, sus familiares, amigos, feligreses, clero, dieron el último adiós al sacerdote que sirvió por casi treinta años a Dios en la parroquia San Francisco de Asís, ubicada frente a la plaza Lara.
A las 9.00 de la mañana, monseñor Antonio López Castillo, arzobispo de Barquisimeto, inició la santa misa en memoria de su hijo sacerdote; presbíteros y diáconos, también estuvieron en el altar.
Se fue el Capitán Veneno
Su hermana Gladys Granados, dirigió unas palabras de agradecimiento a todos los presentes, a quienes lo acompañaron durante su misión como sacerdote, en los momentos de enfermedad y, finalmente, en el funeral.
“Mi hermano fue nuestro guía y principal apoyo; todas las decisiones importantes de la familia tenían que tratarse con él por su enorme sabiduría y consejos”, expuso.
Incluso, compartió con los medios de comunicación, la siempre protección que manifestó con sus hermanos, a quienes les ofrecía cuidados desde muy pequeños.
“Cuando éramos niños, le decíamos el Capitán Veneno porque su profesión era de maestro formalista y siempre nos exhortaba a hacer la tarea a tiempo y de manera correcta”, recordó sonriente.
Otra de sus anécdotas, es que siendo niños, jugaban que él (Cruz Mario) era sacerdote y “comulgábamos con galletas y refresco”, destacando la siempre vocación cristiana que demostró el segundo de los diez hijos, de Víctor Granados y Rosa del Valle Farías (+).
Corrió hasta la meta
Por su parte, monseñor López Castillo, luego de realizar un reponso al final de la eucaristía, expresó que el padre Cruz Miguel, como era llamado entre los suyos, “tiene ganada la resurrección de los muertos porque fue un fiel servidor y creyente del Evangelio”.
El sacerdote oriundo del estado Monagas, fue el mismo que en el arzobispado de monseñor Tulio Manuel Chirivella, coordinó de manera exitosa, la gran Misión Bíblica Arquidiocesana.
Desde el año 2005, trabajaba como coordinador de la Escuela Parroquial de Catequistas de la Arquidiócesis de Barquisimeto.
A eso de las 11.00 de la mañana, sacaron su cuerpo de la parroquia a la cual sirvió con mucha devoción, y fue trasladado hasta su tierra natal donde sería cremado, tal como lo había pedido él.
Decreto
La Arquidiócesis de Barquisimeto, ordenó a todas las parroquias de la ciudad, a ofrecer el novenario por el eterno descanso del padre Cruz Miguel.
Con oraciones como el rezo del santo rosario y la celebración de la eucaristía, servirán pedir a Dios por el alma generosa del sacerdote que falleció a los 72 años de edad.
El decreto se proclamó después de la misa oficiada, este viernes en la mañana, durante el funeral, frente a sus seres queridos y demás integrantes del pueblo cristiano.
