Desde que el mundo es mundo siempre ha existido corrupción sin ningún tipo de distinción que se le coloque una etiqueta de pública o privada, mas intento en estas reflexiones hacer entender que siempre serán en todas partes del mundo más los honestos que los que se pueden catalogar como corruptos, a la vez tanto honestos como corruptos salen de todos los estratos sociales y de allí viene aquella afirmación que el hecho de ser pobre no necesariamente tiene que ser delincuente, por el contrario con orgullo se manifiesta en el dicho “pobre pero honrado”.
No recuerdo en estos momentos el nombre del libro y su autor, mas sí me acuerdo de lo que trata con relación a las leyes, los delitos y los delincuentes, donde un alto porcentaje de leyes por naturaleza son discriminatorias, más allá de eso siempre se pretende hacer leyes para justificar delitos con un posible delincuente, precisamente no soy yo legislador y si por algún motivo fuese político legislador, las penas tienen que ser las mínimas, en estas circunstancias las legislaciones que existen en el delito de corrupción no irá más allá del enunciado.
En la actualidad no hay medio de comunicación social del país que no se refiera a la corrupción en Venezuela, a la vez tanto los del gobierno como opositores están conscientes que ese flagelo mantiene la dinámica económica del país totalmente alterada, especialmente reflejada en el índice de inflación, escasez de productos y servicios, paralización de obras y pare de contar.
Cada quien arrima a la brasa para su sancocho, de tal manera de sacar el mejor caldo que a lo mejor sale morado, pero ya de por sí, a mi entender no deja de ser positivo que entendamos a quienes opinan, no puede ser posible que mi país con tantos recursos que disponemos seamos señalados 30 millones de habitantes como corruptos, cuando en realidad somos una sociedad mal administrada, desde el punto de vista de señalar las responsabilidades de cada quien en el ejercicio del trabajo público y privado.
En lo personal considero corrupto a todo aquel que no cumple su trabajo, que lo realiza en forma deficiente y no tan solo aquel que se apropia de los recursos monetarios y de los bienes público y privado, la denominación jurídica es variada: robos, hurtos, apropiación indebida, desfalco, fraude, estafa, corrupción administrativa, peculado de uso y pare de contar; mas lo que me impresiona es observar en los medios de comunicación social como funcionarios públicos responsables de combatirla, escurren el bulto con leguleyismo y declaraciones políticas de su responsabilidad, con pretendidas excusas de la inexistencia de leyes, es decir, reafirmándose como un corrupto mas, con la salvedad que por leyes no pueden o no deben juzgarlos.
En estas reflexiones en positivo, no importa quien lo haga pero si importa el ¿cómo?, que no debe ser otro que el respeto constitucional, que le permita dar la orientación certera de hacer de todos los venezolanos personas de bien, que cumplamos ese concepto de justicia de: “Darle a cada quien lo que le corresponde”.
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