Experto en métodos alternativos de resolución de conflictos: Mediación puede ser útil en Venezuela

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Walter Wright, abogado y profesor del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad del Estado de Texas, visitó Barquisimeto los días 10 y 11 de octubre en el marco de dos talleres sobre resolución de conflictos que se realizaron en la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado y el Colegio de Abogados del estado Lara.

Especializado en Estudios Jurídicos y métodos alternativos de resolución de conflictos, Wright concedió una entrevista a EL IMPULSO, durante la cual compartió en qué consisten estos métodos y por qué decidió desempeñarse profesionalmente en el campo de la mediación.

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Impresiones sobre Venezuela

Sobre su participación en los seminarios en la UCLA y el Centro de Resolución de Conflictos del Colegio de Abogados, Wright señaló: “Contamos con la participación de estudiantes, profesores y líderes comunitarios, entre otras personas interesadas en la resolución de conflictos. Esta es mi primera vez en Venezuela, así que desconozco cuáles son los conflictos más comunes. Por tal motivo, comparto mi experiencia en los Estados Unidos y luego describo los cuatro principios más importantes de la negociación ganar-ganar.

Esta idea que surgió hace 30 ó 40 años en Estados Unidos, de la Universidad de Harvard, la cual consiste en efectuar negociaciones basadas en intereses, en lugar de las posiciones personales. Sin embargo, antes de mi llegada a Barquisimeto tomé parte también en un taller en Caracas durante el cual se buscó desarrollar un vocabulario venezolano del conflicto y los participantes plasmaron relatos con palabras típicas de Venezuela. Allí todos me dijeron que hay mucha tensión en la sociedad venezolana, con muchas divisiones parecidas a las que tenemos en Estados Unidos entre los partidos políticos, lo que hace surgir temores sobre lo que pasará en torno a esas divisiones.

Tengo la impresión de que los venezolanos buscan formas de evitar más conflictos. Considero que aquí la técnica de la negociación basada en los intereses puede ser muy últil, pues aunque no les permitirá crear un milagro, sí dará pie a una conversación entre las partes en conflicto”.

-¿Cuándo se acercó a Latinoamérica?

-Tengo mucha experiencia en Argentina. En 1995 dicté algunas clases de mediación en Fort Lauderdale, Florida, a varios grupos de argentinos que fungían como mediadores, y luego me invitaron a su país a hacer talleres, conferencias y seminarios.

Con algunos amigos en Buenos Aires, hemos organizado una sociedad civil sin fines de lucro, denominada Equipo Imca (Equipo Interdisciplinario de Mediación, Conciliación y Arbitraje), por medio de la cual editamos una revista llamada El Acuerdo, de la que he sido director por tres años. Recientemente organizamos una conferencia junto a la Asociación de Resolución de Conflictos de Norteamérica, evento que se realizó en la UCES (Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales) en Buenos Aires. Aparte de mi gran experiencia en Argentina, también he facilitado diálogos entre partes en conflicto en Panamá, Ecuador y Nicaragua, y además he escrito libros y artículos para varias publicaciones de toda América Latina”.

-¿En qué consiste la negociación?

Según Wright, en el caso de la negociación por intereses, existen cuatro principios. “El primero es separar a las personas de los problemas, porque en cada negociación hay por lo menos dos intereses: Uno enfocado en el tema o asunto en conflicto, y otro asociado a la relación que se tiene con la otra parte. Si uno está en una negociación, ya existe una relación entre las partes que puede ser voluntaria o involuntaria. Segundo: Muchas veces hay emociones en las negociaciones, y las personas vienen con pensamientos negativos sobre la otra parte.

Por lo tanto, un primer paso consiste en reconocer las emociones existentes, hablar sobre ellas, respetarlas y hacer que cada parte entienda las razones detrás de las emociones de su contraparte. Tercero: Hay que separar esas críticas emotivas sobre la persona que se tiene enfrente, para así centrarse en el futuro. Y cuarto: Si se quiere que la situación negativa continúe, hay que preguntarse ¿Qué se puede hacer para cambiar la situación? ¿Qué puede hacerse para evitar que se repita? La idea es ser duro con el tema en conflicto, pero suave con las partes involucradas”.

-¿Cuál es el alcance de este método?

-Estas técnicas de negociación se utilizan en todas partes de Estados Unidos, y a nivel comunitario suelen usarse en centros de resolución de conflictos, como el que tiene el Colegio de Abogados del estado Lara. También hay oficinas públicas estadales que recurren a estas técnicas. En Texas, por ejemplo, tenemos un programa de mediación que resuelve conflictos entre los distritos escolares y los padres de hijos discapacitados, en cuanto a los programas educativos.

Además, los tribunales en Texas exigen que las partes en litigio intenten primero resolver sus problemas a través de la mediación, y a nivel federal los tribunales hacen lo mismo. En mi caso, tengo un contrato con la Comisión Federal para las Oportunidades de Empleo que recibe demandas por discriminación en el lugar de trabajo, por raza, credo y edad, entre otros elementos.

Tras el inicio de una demanda, la comisión habla con el demandante para determinar si le interesa la mediación. Si es así, entonces se conversa con el demandado, es decir, el empleador o exempleador, y si ambas partes están interesadas en un mediador, la comisión envía a uno. A nivel federal en Estados Unidos, el 75% de estos casos se resuelven por mediación, lo que le ahorra a la comisión tiempo, fondos y recursos, pues no tiene que investigar los alegatos de discriminación, a la vez que las partes en conflicto ahorran miles de dólares porque no deben iniciar un juicio después de una investigación. En algunos casos esto también permite preservar relaciones, además de recursos”.

-¿Por qué se interesó en la mediación?

-Recibí mi licencia de abogado en 1967 y durante 10 años trabajé en litigios. Noté que mis clientes se frustraban mucho, pues a veces debían esperar años para la resolución de sus conflictos y pagarme con dinero que podrían haber invertido en algo más.

En 1986 recibí mi primera capacitación como mediador y al principio no sabía si podría funcionar, ya que la mediación es un proceso colaborativo y a un abogado le resulta extraño que un conflicto se resuelva rápidamente y sin juicio. Pero casi de inmediato descubrí que era un método eficaz para preservar relaciones y ahorrar dinero y tiempo a las partes, por lo que si se resuelve el caso, se obtiene un resultado que beneficia a todos, es decir, es ganar-ganar”.

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