Nuevas pruebas sugieren que los adultos mayores con un peso saludable pero con un elevado porcentaje de grasa corporal tienen alto riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas y morir.
Tras estudiar a 1.528 personas con un IMC normal, un equipo halló que uno de cada cinco hombres y una de cada tres mujeres tenían un porcentaje de grasa corporal por encima del valor considerado saludable.
El exceso de grasa corporal está asociado con un aumento del riesgo de desarrollar diabetes, hipertensión y enfermedad coronaria.
“Tener un IMC normal no significa necesariamente que el estado metabólico también lo sea”, dijo el autor principal, doctor John Batsis, gerontólogo del Centro Médico de Dartmouth-Hitchcock, Lebanon, New Hampshire. Se refería a la capacidad que tiene el organismo de procesar las grasas y los azúcares.
El equipo analizó datos de las encuestas nacionales de nutrición sobre los adultos mayores (70 años o más) con peso normal.
En los 13 años siguientes fallecieron 902 participantes, incluidos 419 casos por enfermedad cardiovascular, pero no hubo diferencia en la frecuencia con la que morían por cualquier causa los participantes con un porcentaje de grasa corporal normal o alto (por encima del 25 por ciento en los hombres y del 35 por ciento en las mujeres).
Las participantes con altos niveles de grasa corporal tenían un 57 por ciento más riesgo de morir por causas cardiovasculares dentro de los 11 años posteriores a su evaluación que las mujeres con un nivel saludable de grasa corporal.
En los hombres con grasa corporal excesiva, el riesgo era aún mayor, según publica el equipo en The American Journal of Cardiology. El equipo halló también que los hombres con los porcentajes más altos de grasa corporal eran los más propensos a padecer hipertensión y síndrome metabólico, un conjunto de factores de riesgo que predispone a las cardiopatías y la diabetes.
El IMC fue muy cuestionado por su imprecisión para determinar el nivel de grasa corporal. Pero los médicos lo siguen utilizando porque es una herramienta simple, práctica y económica.
Existen opciones más avanzadas para mediar la grasa corporal, como, por ejemplo, la absorciometría por rayos X de energía dual (DEXA, por su nombre en inglés) y que también se utiliza para detectar la osteoporosis.
Pero su aplicación es “clínicamente poco práctica en la actualidad”, dijo Batsis al hablar del costo del estudio. Una DEXA cuesta unos 300 dólares.