“Esta autopista llevan como treinta años construyéndola y por los vientos que soplan pasarán otros treinta para verla terminada hasta Morón”.
Esa fue la respuesta de un viejo conductor de gandola cuando le consultamos sobre el tiempo que se ha invertido en la autopista Centroccidental, concretamente en el tramo San Felipe-Morón, aún inconcluso.
Para muchos de los usuarios de la vía, anteriormente de la vieja carretera, la forma lenta como se ha venido realizando su construcción ha sido motivo de preocupación, pero también de resignación.
Hasta el año pasado el viajero sólo disfrutaba de autopista hasta el sector San José, donde debía desviarse a la carretera vieja, recorrer unos tres o cuatro kilómetros y subir de nuevo para, una vez más, recurrir a la antigua hasta llegar a Morón.
Pero hace algunos meses, aún sin apertura oficial, comenzaron a utilizar el tramo hasta el caserío Alpargatón, aunque obligados a retornar allí a la antigua vía para recorrer los 9 kilómetros faltantes hasta Morón.
Sin embargo, para los camiones y gandolas es obligado el desvío en San José pues en Alpargatón existe un pequeño puente incapaz de resistir cargas pesadas.
“Este pedacito está en muy malas condiciones y cuando uno pasa de noche corre el peligro de que lo atraquen porque hay que pasar a mínima velocidad”, dijo uno de ellos en San José.
Eso lo confirman los pequeños comerciantes de comidas allí instalados, quienes nunca han visto que le echen una capa de asfalto a ese corto tramo entre la autopista y la carretera vieja.
Beatriz de Morán, una dama que utiliza con frecuencia la vía, también exigió el acondicionamiento del tramo, así como también la terminación de la vía rápida hasta Morón.
Y a quienes se les terminó la tranquilidad es a los habitantes del caserío Alpargatón, pues una vez que muchos viajeros, incluyendo conductores de busetas y autobuses, comenzaron a subir a la autopista por el caserío el tránsito es constante.
“Aquí ya ni podemos dormir tranquilos por los carros que pasan, algunos a mucha velocidad. Esto se puso terrible, se acabó la tranquilidad, ojalá terminen rápido esa autopista para que vuelva la paz”, dijo Ruth Riera, una vecina de Alpargatón.
En realidad es un clamor de viajeros y residentes de esos poblados porque es constante el paso de vehículos entre San Felipe Morón, gran cantidad de ellos pesados, con cargas procedentes de Puerto Cabello, además de los de paseo con gente que va o viene de las playas de Carabobo o Falcón.
Otro punto de congestionamiento para quienes van de Lara o Yaracuy hacia las playas lo constituye la entrada a Morón, en especial en el paso sobre los rieles del tren, donde los conductores reducen la velocidad.
O sea, que un viaje entre Barquisimeto y Tucacas, que podría hacerse en una hora, debido a esas interrupciones por el mal estado de la vía, se prolonga a veces hasta dos horas pues hay que agregarle la exagerada cantidad de alcabalas o puntos de control existentes en todo el recorrido.
Como ejemplo se puede informar que entre la capital larense y Morón, este lunes había once puntos de control de Tránsito, Guardia Nacional y Policía de Yaracuy, la mayoría en la vecina entidad.
Muchas alcabalas pero pocas o ninguna patrulla de cualquiera de esos organismos recorriendo tan importante arteria vial para detectar infractores o auxiliar a cualquiera que se accidente.
Pero lo importante es que se agilice la terminación de la autopista hasta Morón, un sueño que se ha prolongado por más de treinta años y es imposible predecir cuántos más pues no parece haber interés en ello.