Nosotros tenemos patria destruida, sin soberanía y sin independencia, declara el Dr. Armando Sánchez, médico sanitarista, exgobernador del Amazonas y analista político.
Tenemos 203 años de república, de los cuales 147 han estado bajo el mando militar. El resto ha sido civil.
El militarismo en Venezuela no ha permitido el crecimiento y desarrollo de la república civil con la cual soñó Simón Bolívar, Simón Rodríguez y gente como Juan Germán Roscio, quien fue uno de los líderes del primer congreso de Venezuela y de la primera Constitución.
En este sentido resalta que de los diez ministros que hemos tenido en los últimos catorce años, cuatro han sido militares, sin conocimiento, lógicamente, de lo que es el sector salud.
Uno de esos ministros de Salud fue el piloto de caza Luis Reyes Reyes, actual presidente de la Corporación de Desarrollo de Lara (Corpolara).
Los otros ministros militares han sido los coroneles José Montilla, Rafael Rotandaro y la coronela María Eugenia Sader.
El resto, es decir los otros seis, han sido especialistas, unos neurólogos, otros angiólogos y de otras especialidades, quienes no tienen formación en salud pública. La actual ministra dijo que la vacuna Oseltamivir (cuyo nombre comercial es Tamiflu) no era buena para la influenza. Lo que ha pasado es que esa medicina llegó vencida.
Este medicamento se hace a partir del anís estrellado, que lo hay en el sur de China, Vietnam, Camboya, Laos y también lo tenemos en América Latina. Inclusive, lo utilizamos en los alimentos pero los laboratorios Roche que obtienen más del 90 por ciento de la producción de ese tipo de anís es el que produce este medicamento, dijo el Dr. Sánchez para poner un ejemplo de que si no es médico sanitarista no se puede tener pleno conocimiento de lo que debe aplicarse a los enfermos que padecen de ciertas enfermedades.
También hay que considerar que en materia de competencia, en el país hay profesionales seguramente del partido stalinista único de Venezuela, que son buenos médicos y buenos especialistas en salud pública, pero, no los toman en cuenta y nombran militares que no tienen conocimiento de lo que es la salud pública. Si no hay competencia no puede haber capacidad para dirigir.
Considera que el poco tiempo que dura un ministro no permite la gobernabilidad, pues, cada vez que se nombra a un funcionario de ese nivel se producen cambios de directores, cambios de programas y cada uno tiene sus ideas.
Si se está rotando año a año a los ministros, claramente, se ve que no hay estabilidad administrativa.
Las políticas de salud existen, pero en Venezuela han sido deformadas y, naturalmente, no se aplican como debe hacerse.
Si, por ejemplo, se tiene la estructura sanitaria para controlar la malaria y es nombrada una persona que no conoce esa enfermedad, entonces, no funciona.
Tanto la estructura como la doctrina sanitaria existen; pero, si no hay funcionarios capaces para aplicarlas, no se pueden esperar resultados satisfactorios.
- ¿Cuál es el principal problema que tiene el país en salud?
- Que no existe un sistema nacional público de salud. Aquí todo está disperso. Ministerio de Salud, Sanidad Militar, Ipas-Me, Seguro Social, etcétera.
- ¿Qué hacer?
- Una coordinación nacional y la destruccción de las mafias enroscadas a nivel del control de salud del país.
- ¿Por qué habla de mafias?
- Porque son grupos enroscados para dirigir determinado organismo y no se quieren organizar internamente para hacer un equipo único; es decir, crear un real sistema de salud. Sanidad Militar, Seguro Social y demás organismos son cada uno aparte. El propio Ministerio de Salud tiene clínicas a las cuales envía a sus pacientes. En todos esos organismos hay roscas que no quieren ceder cuotas de poder político y fundamentalmente económico.
- En cuanto a dotación ¿también tiene que haber un sistema apropiado?
- Por supuesto. Debe ser descentralizado. Hay diferentes enfermedades y lo que debiera hacerse es la descentralización de lo que se debe hacer. Pero, la ejecución la haga el hospital, por ejemplo. Al hospital no le puede estar mandando las cosas Fundasalud. No puede llegar un camión cada mes de Barrio Adentro. Debe existir un presupuesto para la adquisición de compra de insumos: medicamentos, equipos, material médico quirúrgico. Y que sean los jefes de servicio, con sus jefes de compras, con el director del hospital, la administración y el epidemiólogo los responsables de decir cuáles medicamentos van a comprar y a quiénes se lo van a comprar. No es que se los manden cuando el funcionario que hace la compra lo quiera. Sucede que cuando llegan los insumos entonces sale la publicidad por los medios
- ¿Los consultorios de Barrio Adentro y los CDI están fuera del Ministerio de Salud?
- Ese es otro ministerio. Lo manejan desde Cuba con venezolanos inscrustrados en el Ministerio de Salud. Hay una conexión con Cuba porque ésta es la que tiene los médicos acá. De allá se envían 114 medicamentos. Quien maneja todo eso es, prácticamente, la embajada cubana. Inclusive, la información que se produce en esos centros no va al ministerio de Salud, sino que se maneja independientemente. Aún más: cuando un director de salud, por ejemplo acá o en cualquier otra parte, quiere entrar a un CDI o a un consultorio Barrio Adentro, le es negado su ingreso.
Los veinte mil funcionarios que enviaron en principio al país, no eran médicos sino promotores de salud, que no tenían trabajo en Cuba y los mandaron para acá. Hemos resuelto en buena parte el desempleo de los cubanos.