Un cafecito y EL IMPULSO

“…si los perros ladran, Sancho, es porque la caravana anda…”
El Quijote
Venezuela está viviendo el segundo peor escenario de su historia en cuanto a libertad de expresión.
Debido a la falta de acceso a las divisas extranjeras en Venezuela, las empresas periodísticas no pueden comprar papel para imprimir sus diarios, por lo cual, unos han comenzado a desaparecer, otros a reducir su tiraje, y como EL IMPULSO, a limitar sus cuerpos.
Desde 2003, el gobierno venezolano estableció un régimen de control de cambios que hace obligatorio para organizaciones y particulares, gestionar el acceso a divisas ante oficinas del Estado. Además, en 2012 quitó al papel imprenta de la lista de bienes de importación prioritarios.
Los obstáculos burocráticos para tener acceso a los dólares han causado problemas de abastecimiento porque es necesario que las compañías consigan un certificado de no producción nacional, expedido por el propio gobierno pero con muchos retrasos.
De esta manera, desde principios de agosto, por lo menos tres diarios han cerrado operaciones que incluye a dos decanos de la prensa del oriente venezolano, El Sol de Maturín en el estado Monagas, y Antorcha en la población de El Tigre, Estado Anzoátegui.
Al igual que EL IMPULSO en Barquisimeto, otros medios regionales tienen dificultades para trabajar.
La denuncia hecha en su editorial por este rotativo, caldeó los ánimos y el pueblo en general, junto a las instituciones se han volcado en apoyo al ícono informativo de la región, ya cerca de sus 110 años, que trata de ser silenciado bajo la fórmula del desgaste.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó de inmediato al gobierno de Nicolás Maduro, calificando como “una conveniente doble moral esa especie de escasez programada”.
Es obvio pensar que aunque durante el mandato de Chávez se produjo el primer cierre de un medio, Radio Caracas Televisión después de 53 años de emisión, y 34 emisoras de radio y 5 canales, coincidiendo con una amplia ofensiva legal contra Globovisión cuando operaba de la mano del pueblo, en esta era de Nicolás Maduro se repite la ofensiva hacia otros porque su régimen de turno sigue con piedras en el zapato.
En el último enfrentamiento del gobierno venezolano con la prensa, el Presidente acusó a los medios de comunicación de impulsar una “guerra psicológica” para propiciar “compras nerviosas”.
A pesar de controlar la mayoría de los canales de televisión, amenazan y autocensuran a propietarios y periodistas influyéndoles miedo y agresiones de todo tipo para consolidar «hegemonía mediática del Estado».
Impresos oficiales como el diario VEA y Correo del Orinoco no sufren la escasez de papel, y aunque se quedan fríos en los puestos de revistas, y hasta los regalan en Caracas, la devolución es grande, perdiéndose el material que otros necesitan.
En Cuba existen14 periódicos provinciales y Granma, el órgano oficial del comité central del Partido Comunista de la isla, sin sufrir necesidades de tal naturaleza.
El periodismo venezolano pagó muy caro durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez donde no había libertad de prensa, los diarios tenían censores, otros fueron cerrados, hubo violación de los derechos humanos y de la libertad de expresión.
Mientras  por un lado el gobierno acusa a los empresarios privados de especular y causar el problema de escasez de productos de primera necesidad de la canasta familiar, por otro  omite referirse a la falta de insumos para la publicación de diarios, siendo el único responsable que puede autorizar la importación de ellos.
A sabiendas de que habrá retaliaciones de diversos tipos, para mantener la libertad de expresión amerita ser valientes con “Impulso” y tenacidad, así quienes ocupan el poder en el país sigan intentando que Venezuela sea similar a Cuba. Que naveguemos el mismo mar de la felicidad, como lo llamó el comandante en sus primeros discursos.
Los periodistas de estos tiempos debemos estar atentos a cualquier asomo de limitación de la libertad de prensa, teniendo como visión lo mismo que pasó con el régimen Perejimenista, y lo negativo que es cuando no se pueden decir las cosas como son.
Aunque Venezuela ha transitado cosas terribles, pero nada como la que vive en este momento, seguiremos tomándonos al levantarnos, un cafecito, y EL IMPULSO.