Por tercer día consecutivo, familiares de los privados de libertad de Uribana estuvieron apostados en las afueras del centro penitenciario.
A pesar de que a las 7 de la mañana de ayer funcionarios de la Guardia Nacional se desplegaron por las principales vías de acceso a la cárcel, los seres queridos de los internos atravesaron los llamados “caminos verdes”, se metieron por el monte para buscar el modo de acceder hasta la puerta del penal. En el recinto estaban alrededor de 200 personas, unas con bolsas llenas de comida, otras con ropa y agua, pues tenían la esperanza de que por lo menos les dejaran pasar sus paquetes, pero no fue así.
En el lugar también pernoctaron algunos familiares y todo por el temor de que los Guardias Nacionales fueran a introducirse al penal.
Un piquete de cinco castrenses estaba en plena calle obstaculizando el pase de los familiares hacia la puerta principal del penal.
El vocero principal a primera hora de la mañana conoció la situación y relató que ellos estaban haciendo sus labores de rutina, muchos estaban agarrando agua y otros dentro de sus sectores. El privado de libertad en representación de la población se acercó hasta el portón del penal para exigir una respuesta por la visita, pero nadie quiso conversar con ellos sobre el particular.
“Están amedrentando a la visita. De una forma irrespetuosa han tomado decisiones como la suspensión de la visita sin consultarnos, sabemos que en Caracas no conocen de esta situación y quiero recordar la frase de la ministra Iris Varela, quien dijo que el diálogo es inagotable, pero en esta oportunidad es falso”, expresó el vocero principal.
Así mismo se conoció que los reos hicieron una vigilia que perduró desde la medianoche hasta las 6 de la mañana de ayer.
“Se tiene que tomar en cuenta que ambas partes hemos faltado. Pero tenemos en cuenta que el dolor ahora es porque hirieron a un funcionario, pero cuando de este lado salen cinco muertos nadie dice nada al respecto. Queremos que bajen la presión psicológica que le tienen a los familiares y privados de libertad con la presencia de las tanquetas y la ballena”, recalcó un recluso.
Así mismo la población penal estaba molesta porque el director Nelson Bracca les había dicho en varias oportunidades que la Guardia se metería al penal y eso aumentaba la tensión.
Los tomaron de sorpresa
Familiares en zozobra recibían mensajes de texto y llamadas que los hacían alterarse. Al ver que no recibían ningún tipo de respuestas un grupo de mujeres con la bandera de Venezuela en la mano se fueron a las 12:23 del mediodía hasta la entrada de la casa que tiene asignada Bracca, director del penal, y luego de entonar el Himno Nacional el hombre salió y fue recibido con un aplauso, pero él mismo convidó a todos los familiares para el frente de Uribana.
En compañía de Bracca se encontraba Isabel González, directora de regiones de prisiones, quienes se acercaron a todos los familiares y les dieron la cara.
“Nosotros estamos trabajando duro para solventar lo que aquí está pasando, porque nadie está excepto de estar en esta situación, pero existen cosas que se escapan de nuestras manos”, exclamó González, mientras anotaba las peticiones de los familiares.
Así mismo Bracca manifestó que estaba dispuesto al diálogo y prueba de ello es que había mandado a retirar a todos los guardias nacionales de las garitas y aprobó que los pastores penitenciarios regresaran nuevamente al penal para que sirvieran de intermediarios, a pesar de que manifestó que la comunicación con los reos vía telefónica era constante.
En horas de la tarde arribaron los pastores al penal y aunque hablaron a través del portón con el vocero principal, se les negó el acceso al penal.
Aun así las mujeres les dieron un voto de confianza a las autoridades esperando para que se instale una mesa de negociación, porque están claros en que las autoridades quieren requisa para desarmar a los internos, medida que rechazan; solo están dispuestos a contarse. Así mismo las mujeres manifestaron que no se retirarían de los alrededores del penal hasta que les dieran una respuesta. Continurán con sus pernoctas en las afuera del penal.
Cadena de oraciones
A pesar de todo, la situación de conflicto ha unido a los familiares del centro penitenciario de Uribana, quienes guiados por una pastora en horas de la tarde de ayer hicieron un círculo en el que todos se tomaron de las manos y comenzaron a orar para que la paz se adueñara del penal y Dios cuidara de las personas que allí se encuentran. Principalmente pidieron por el cese de la violencia.
Fotos: Ricardo Marapacuto
