Para recordar: “Todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús.” Colosenses 3:17
Según una respuesta tomada de la página web, http://espanol.answers.yahoo.com/question/…, romper el hielo es: “Abrir una conversación hasta el grado de sentirse en plena confianza y esto puede ser cuando hay dos ó más personas y todas están calladas, la situación puede implicar personas que se ven por primera vez…, también se puede aplicarse a personas que ya se conocían…”. Todo lo anterior debería ser para recrearnos y no para divertirnos.
Recreación y diversión son cosas distintas. Así lo manifiesta E. G. de White: “La recreación es necesaria para los que se dedican al trabajo físico, y es aún más esencial para aquellos cuya labor es principalmente mental. No es para la gloria de Dios, mantener la mente trabajando constante y excesivamente, ni siquiera en temas religiosos. Hay diversiones como el baile, los naipes, el ajedrez, las damas, que no podemos aprobar, porque el cielo los condena.” (Consejo para los maestros, padres y alumnos, sección XI, cap. 45). Hoy, la autora citada, hubieses mencionado el Nintendo y otros juegos por internet.
La escritora aludida, señala: “Existe el peligro, tanto los padres como los maestros manden y dicten demasiado, y no entren suficientemente en relaciones sociales con sus hijos o alumnos. Con frecuencia se mantienen demasiado reservados, y ejercen su autoridad de una manera fría, carente de simpatía, que no pueden ganar los corazones de los niños…” (Consejos para los Maestros, pp. 61, 62)
Ahora que estamos en el inicio del año escolar, y se quiere conocer a los alumnos y ellos al docente, podemos hacer juegos para romper el hielo; también, cuando estamos en un matrimonio, cumpleaños y reuniones, con los invitados, usemos uno de estos juegos, siempre y cuando cumplan con las condiciones del verso para recordar (ver Colosenses 3:17).
Mas adelante, escribiremos varios juegos de salón, tomados de la Biblioteca del Ministerio Juvenil de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, alguno de los cuales hemos copiado en nuestra página web: www.ventanabiertalmundo.jimdo.com. Los interesados pueden buscar en la sección que dice: “seminarios…juegos de salón”, y de seguro, pasarán un rato ameno y diferente.
Estos juegos, como dijimos, están diseñados para ser practicados en un salón de clase, en un campamento, una empresa. Entre otros, podemos mencionar: “Habla y haz los contrario”; “Ciudad, pueblo, país”; “Juego de Kim (memoria)”; “Canción de desafío”; “Los limones”; “Ni si, ni no”; “El juego de las palmadas”.
Ahora, explicaremos el juego, “Habla y haz lo contrario”: Se hacen dos equipos y se manda a una persona, a desafiar con acciones y palabras a otro equipo contrario. El que habla, dice algo así: “Estoy dándome palmadas en la cabeza”, pero en realidad está sobándose el estómago; el contrario, debe responder al revés y contesta: “Estoy sobándome la barriga y debe estarse tocando la cabeza” ¿Verdad que es fácil y ameno?
“El juego de Kim (memoria): Se forman pequeños grupo de 6 o 7 jugadores, éstos en torno a una mesa, o una bandeja cubierta con una tela; la tela que cubre la mesa se alza por unos instantes y a los jugadores se les permite estudiar por unos momentos, unos 20 o 30 artículos, como: Botones, clips, monedas, insignias, cuerdas, caramelos, etc. Los grupos se retiran y van a cada uno a un punto, para hacer una lista de los objetos que fueron observados. Evaluación: Se le otorga un punto a cada grupo por cada artículo acertado y se le resta 2 puntos por cada objeto fallado. Gana el grupo que tenga más puntos.
“El juego de las palmadas”: El líder del juego, reproduce la música de una canción mediante palmadas. Los demás jugadores deben intentar adivinarla. El jugador que lo consiga pasará a ser el nuevo jefe del juego, siendo el encargado de reproducir otra nueva canción mediante palmadas.
En cada juego, los que pierden, pudieran ser penalizados recitando, cantando, imitando animales u otras actividades; esto último hace el rato más ameno.
No olvidemos (termina el Apóstol Pablo diciendo): “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor, y no para los hombres.” (Colosenses 3:23).
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