Una tragicomedia resume, en 90 minutos, buena parte de la historia de Venezuela, contada a través de un protagonista bastante peculiar: Un loro con diferentes nombres según el dueño del momento.
Esa es la intención de Er relajo der loro, una película venezolana escrita y dirigida por John Petrizzelli, quien muestra cinco décadas de la vida cultural y social de este país, logrando ubicarse en cada época gracias a un intenso trabajo de producción que muestra vestuario, ambientación, utilería, carros, edificaciones y todo lo relacionado con los períodos que verán en la pantalla grande.
El filme que se estrenó el pasado 15 de junio en diferentes salas de cine del país, comenzó a proyectarse ayer en Barquisimeto, por lo que Petrizzelli viajó a esta ciudad junto a Aroldo Betancourt para invitar a los cinéfilos a adentrarse en este guión.
Un vuelo en el tiempo
La visita de promoción los trajo hasta EL IMPULSO, donde conversaron sobre esta nueva apuesta cinematográfica que cuenta con el apoyo de la Villa del Cine y el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (Cenac).
“Quería hacer una película reflexiva, digamos que de ficción pero con mucho sustrato documental sobre 50 años del país. De allí nace la idea de contar nuestra historia a través de un agente externo que hace ese vuelo por el tiempo”, explicó de entrada el escritor y director venezolano.
-Pero, ¿por qué un loro?
-Porque esta ave silvestre es ícono de nuestra cultura nacional, porque es una mascota común pero que puede hablar. A nivel dramático los loros pueden interactuar con los actores y participar mucho más que un perro, que no puede articular palabra. Además es un animal muy longevo, que puede vivir 60 ó 70 años.
-Estamos hablando de una historia recomendada para toda la familia…
-Sí. De hecho hemos visto en las funciones muchos grupos familiares; las abuelitas que se ven reflejadas con su historia personal por el éxodo rural y la caída de Pérez Jiménez, los padres que conocieron la llegada de la democracia, los más jóvenes que aprenden parte de la historia que no conocen y los niños que se divierten con el loro.
-Trabajaron con cinco loros en esta película, ¿cómo fue entrenarlos según sus personalidades?
-Fue difícil. Duramos seis meses entrenándolos y los escogimos desde niños para adaptarlos a diferentes acciones y reacciones: bravos, mansos, voladores, trepadores y hasta uno especialista en dormir y colgarse boca abajo. Había que tenerles paciencia pero finalmente todos hicieron lo que queríamos lograr.
-Er relajo der loro tuvo algunos cambios luego de un Focus group realizado en el año 2011, ¿atendieron a todas las recomendaciones del público?
-Efectivamente hicimos un pre estreno para tomar la opinión del público, los grupos focales siempre se recomiendan antes de los estrenos. Para ese entonces estaba en video, no estaba lista en 35 milímetros y le faltaban los efectos. A partir de ahí le quité varios tramos que al público le parecían sobrantes en la historia, entonces la reduje a la versión de 90 minutos.
Entretenida comedia
El actor Aroldo Betancourt es uno de los personajes que aparecen en la película gracias al vuelo del loro en el tiempo.
Aunque su personaje sólo realiza tres escenas, Betancourt aseguró que con su actuación y la del resto de los actores, ofrecen una comedia entretenida. “Hay una visión de la Venezuela que fuimos desde la caída de la dictadura, pienso que hay una reflexión de todo lo que ha pasado en Venezuela y esa visión estilo documental es interesante”, dijo.
Sobre el perfil del actor en Er relajo der loro, los cinéfilos podrán ver “a un patiquín dueño de un bar de mala muerte”. John Petrizzelli contó que, en la historia, al loro no le gusta el bar, porque entiende que allí están explotando a los empleados. No le gusta el ambiente, es un lugar cerrado, sin luz y con unos boleros poco gratos.
En este trabajo también podrán ver a actores como Carolina Torres, Gonzalo Cubero, Luis Gerónimo Abreu, Verónica Arellano, Alejo Felipe, Adilia Castillo, Gonzalo Camacho, Pedro Pablo Porras, Andrés Zawisza, Irabé Seguías, Alejandro Meneses y Anibal Grunn, con la participación de Emilio Lovera, quien presta su voz a El Loro. Muchas son las anécdotas vividas por este reparto durante ocho semanas de rodaje. Las bondades de la tecnología también hacen alarde en este filme en el que se recrea lo sucedido el 23 de enero de 1958 y se introducen los personajes dentro de la grabación original, a través de un proceso de animación.
El trabajo de Er relajo der loro, es digno de admirarlo en las salas de cine de Venezuela, donde la producción nacional ha tenido un crecimiento importante en los últimos años.
Nuevos proyectos
John Petrizzelli es un periodista, guionista y director de cine venezolano, aunque su apellido haga pensar lo contrario.
Su sentimiento arraigado a este país, lo ha llevado a realizar una serie de documentales relacionados con nuestra historia y con los creadores de esta tierra.
La mente de Petrizzelli no para de crear, razón por la que, a la par de promocionar Er relajo der loro, adelanta nuevos proyectos.
“Estoy trabajando en una película de ciencia ficción, recién gané el desarrollo en el Cenac. Es una historia del año 2100 que se llama La Espada, con una trama algo complicada, ubicada en un gran barrio de Venezuela, en una sociedad con problemas y esclava de un grupo que la oprime”, adelantó el director.
De igual forma, indicó que alista un proyecto más cercano, una historia llamada Ijo ijo, que hace una crítica social fuerte, con mezclas entre el surrealismo, lo policial y otros argumentos válidos en la pantalla grande.
También hará dos documentales, uno de ellos relacionado con la tercera edad, homosexualidad y soledad.
Fotos: Cortesía Cinema Press
