Irán: La paz posible
La 68 Conferencia de las Naciones Unidas que se celebra en New York, en la cual estuvimos presentes para informar a Venezuela con Globovision sin Fronteras, sobre la más importante reunión mundial de Jefes de Estado, de Gobierno y Cancilleres, logro uno de los objetivos fundamentales en materia de desarme nuclear, más allá del acuerdo entre las potencias sobre la guerra en Siria y la destrucción de su arsenal químico. La República Islámica de Irán que amenazaba al mundo con tener armas atómicas en un corto tiempo, llego a un acuerdo con los Estados Unidos y con la Unión Europea para iniciar negociaciones con el fin de garantizar el desarrollo pacífico dela actividad nuclear, sin renunciar a su derecho a las conquistas del átomo pacifico. El nuevo Presidente de Irán Hasán Rouhaní, a diferencia del anterior Mahmud Ahmadineyad, en su discurso ante la ONU tendió la mano a los Estados Unidos para el dialogo y la negociación en materia nuclear. El Presidente Barack Obama no solo respondió protocolarmente, sino que en una breve conversación por teléfono de 15 minutos con el presidente Iraní cuando este iba al aeropuerto, rompió el hielo en las relacionas diplomáticas entre Teherán y Washington que desde 1979 estaban suspendidas. El futuro de la humanidad solo se garantiza si se evita cualquier conflicto con armas nucleares, porque sería un apocalipsis el empleo de las mismas y podrían poner fin a la historia.
El 6 y el 9 de agosto la humanidad conoció la expresión del Apocalipsis con el uso militar del átomo. Hiroshima y Nagasaki conocieron la destrucción del triple efecto del arma atómica: mecánico, calórico y radiactivo. El 15 de agosto de 1945 el emperador Hirohito puso fin a las hostilidades iniciada contra Estados Unidos el 7 de diciembre de 1941 por el bombardeo de la flota americana del Pacífico en Pearl Harbor. El Programa Nuclear Estadounidense había sido concebido como medio disuasivo frente al intento de Hitler de acercarse al arma atómica. Washington actuó frente al intento soviético de acercarse a Japón después del ataque a Mandchourie.
En la diplomacia de Estados Unidos estas bombas atómicas significaron un atentado a la especie humana por la futura proliferación que generaría y la tentación de utilizar el átomo con fines militares, y contra el Derecho Internacional Humanitario al desviar el objetivo bélico hacia la población civil.
El Programa Nuclear Norteamericano movilizó a más de 125.000 científicos, muchos de los cuales eran de origen judío, habían huido de los laboratorios del régimen nazi y urgieron al presidente Roosevelt en la fabricación de la bomba atómica, pero más como arma disuasiva que para su utilización estratégica y menos contra civiles. Fue lo que hizo protestar al propio Einstein después de la tragedia de Hiroshima y Nagasaki.
La hegemonía atómica de Washington duró poco tiempo. En 1949 la Unión Soviética logró su bomba atómica en los años siguientes con la ayuda de EEUU, Francia e Inglaterra, y China con Moscú. Así se estableció la llamada Paz Atómica con la denominada estrategia de la Destrucción Mutua Asegurada.
La crisis cubana de los misiles a menos de 200 kilómetros de Estados Unidos con cabezas atómicas presentó la amenaza más directa a un conflicto nuclear. El 22 de octubre de ese año J.F. Kennedy decretó el bloqueo naval a la isla y amenazó a la URSS, con la guerra nuclear. Afortunadamente se impuso el diálogo y la negociación en esos trece días que conmovieron al mundo.
En 1973 un país del Tercer Mundo como la India demostró que podía tener acceso al arma nuclear. Pakistán con conflictos territoriales con la vecina India, también logró el átomo militar. Además Israel bajo la exigencia de defensa ante el Mundo Árabe avanzó rápidamente en proyectos nucleares. En América Latina, Brasil y Argentina cayeron en la tentación de la carrera atómica, pero la decisión continental luego de la crisis de los misiles en Cuba, permitió la desnuclearización latinoamericana por el Tratado de Tlatelolco.
Terminada la bipolaridad y en estos tiempos de choques de civilizaciones y culturas la amenaza nuclear se extiende al margen de la Organización Internacional de Energía Atómica y del Tratado de No Proliferación. En esta dirección peligrosa se encuentran Corea del Norte y la República Islámica de Irán.
Afortunadamente pudimos comprobar en New York que en el caso de Irán ahora se abre una oportunidad para la paz, porque la nueva relación entre Washington y Teherán cambia la geopolítica mundial que en vez de la confrontación se orienta hacia la cooperación. Esto permitirá fortalecer al organismo internacional de medidas atómicas y al necesario control de la energía nuclear en el mundo, pudiendo cerrarse también el capítulo de Corea del Norte y evitar la proliferación atómica en otras partes del mundo.
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