Como publicó la edición de ayer de EL IMPULSO, un niño de apenas cuatro años de edad, resultó herido tras un supuesto enfrentamiento protagonizado por funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y un sujeto a bordo de una moto.
Familiares de la víctimas denunciaron ante el Fiscalía 16 del Ministerio Público y autoridades correspondientes, por lo que se abrieron las indagaciones del caso. Aída Rodríguez, abuela del infante denunció la supuesta mala práxis en el procedimiento por parte de los uniformados, que según ella eran tres que andaban a pie.
“Aproximadamente a las 10:30 am., iba caminando junto a mis tres nietos que los fui a buscar a la escuela. Era su primer día de actividades. Observé cómo los funcionarios le dieron la voz de alto al joven que manejaba la moto, de color oscuro, éste no les hizo caso y de inmediato uno de los policías desenfundó el arma y dispararon. Hirieron en el cuello al niño”.
La dama, nerviosa y angustiada por el estado de salud de su nieto, dijo que “los uniformados, al ver la acción, se dieron a la fuga en lugar de auxiliarme. Yo estaba dando gritos, lo abracé y me monté en un carro particular, no sé ni de quién era, fuimos hasta el ambulatorio de La Paz donde nos atendieron muy bien, él empezó a gritar: abuela, abuela… yo estaba desesperada, esperamos llegara una ambulancia y de ahí nos trajeron al Agustín Zubillaga.
Los funcionarios debieron acompañarme, no desaparecer como pólvora”.
El hecho se registró en la calle 4 con carrera 5B, dirección que divide al barrio Rafael Linárez de El Caribe, al oeste de Barquisimeto. Al parecer la mujer caminaba con sus nietos de frente a los efectivos, por lo que la bala se le incrustó en la región del cuello, cerca de la cervical del menor, con entrada y salida. “Al rato los mismos policías fueron hasta el lugar, lavaron la sangre y recogieron los casquillos de las balas”.
Los uniformados pertenecen a la brigada comunal, y aunque los vecinos de la zona, agradecen el constante patrullaje, rechazan también que actúen de esa manera, pues a juicio de ellos, pudiera generarse una mayor tragedia.
Rodríguez denunció igualmente que después de estar en las instalaciones del Hospital Pediátrico, algunos PNB habrían llegado al centro asistencial con la intención de llevarse la bala y de esa manera no dejar evidencias, “eso era para decir que hubo enfrentamiento, pero no fue así. El muchacho de la moto iba solo y no tuvo chance de sacar un arma, lo único que hizo fue irse del sitio”.
El menor actualmente cuenta con un mediano estable estado de salud. Ha podido hablar, incluso le preguntó a uno de los parientes: “Tío, ¿por qué me mandaron a esos policías para que me dispararan?” mientras que al doctor le aseguró que él no se quería morir.
En las adyacencias de la escena del crimen no se observaron rastros de sangre y mucho menos de balas. Hermetismo total era lo que allí se sentía, sin embargo, una de las personas que habita en el lugar, quien prefirió resguardar su identidad, aseveró que “siempre echan tiros por acá, incluso anoche (lunes), hubo muchos disparos cerca de la cancha”.
