Ya el “Sargento García” lo dijo pública y tajantemente. Palabras más palabras menos, expresó con su torpe elocuencia que de no ganar la alcaldía de Iribarren el Gobierno Nacional no iba a mandar más plata a Barquisimeto. En definitiva este es el único argumento que tiene este candidato paracaidista e impuesto, jefe de una Guardia Nacional responsable de violaciones a los derechos humanos, casos de corrupción y brutal represión. Se trata de un vulgar chantaje, capitalista por cierto, propio de mafiosos que se creen dueños ya del país y sus recursos. Son tan pobres que lo único que tienen es dinero. Pobres de ideas y de dignidad, que sólo pueden ofrecer billete para comprar conciencias con fría y premeditada amenaza. Para ellos el pueblo tiene derechos si vota rojo, sino que se muera de hambre. Asi son los enchufados.
Pero no es la primera vez que recurren al chantaje. Igual pasó en diciembre pasado con la candidatura de Reyes Reyes (o del “perdedor de Lara” como lo llaman otros). Es un recurso desgastado que ha fracasado una y otra vez gracias a la dignidad del pueblo barquisimetano que ha derrotado al partido de gobierno en los cuatro últimos procesos electorales. Hasta Chávez en octubre perdió en Iribarren. Y es que los hechos hablan ya por sí solos: ¿Qué nos ha dejado la nefasta gestión de Amalia Sáez? ¿De qué nos ha servido que el alcalde sea del PSUV? Entonces, ¿Qué carajo nos van a quitar? Que el Gobierno Nacional nos quite la plata que ellos aquí se roban y malgastan no nos va a afectar. Al contrario, recuperando la autonomía municipal, sus competencia y autoridad, Alfredo Ramos transformará Barquisimeto para beneficio de todos sus ciudadanos sin distinción. Las alcaldías tienen competencias y recursos propios que de ser asumidos con responsabilidad y visión de ciudad son suficientes para resolver los verdaderos problemas de la gente. Más bien la dependencia y sumisión con el Gobierno Nacional es la que ha generado que todas las gestiones locales actuales sean tan malas e intrascendentes, En vez de alcaldes terminan siendo wachimanes de un partido político, incapaces de gerenciar una ciudad y asumir responsablemente sus competencias constitucionales.
Igual pasa con el arrebato de instituciones como anunciaron ya con el caso de Mercabar. Son tan descarados que amenazan con quitarnos algo que ya han destruido ellos mismos. Mercabar depende de la alcaldesa Sáez y es controlada por la GNB. Si ahí hay acaparamiento y contrabando es culpa única y exclusivamente de los enchufados. ¿Cómo entonces alegan su propia torpeza para su beneficio? Podrán quitarnos (o robarnos) infraestructuras, pero que quede claro una cosa, las competencias municipales y el compromiso del próximo alcalde Alfredo Ramos y la Unidad no no los quita nadie. Bajo el eje del “Municipio Productivo” Alfredo se propone potenciar el comercio y la industria en Barquisimeto, con proyectos concretos que son ya del dominio de las comunidades que impulsan el inevitable cambio. Los mercados municipales florecerán en la próxima gestión y el mercado de mayorista será recuperado.
Se nota que los integrantes de esta camarilla militar saqueadora no son barquisimetanos, porque se equivocan cuando pretenden comprarnos o amedrentarnos. Es hora de darles un mensaje contundente a estos invasores que todavía no se han dado cuenta que son minoría en este estado y sobretodo en su capital. ¿Vamos a dejar que la carroña, el perdedor de Lara y el sargento García nos sigan chantajeando para su exclusivo beneficio personal? Lara y Barquisimeto se respetan. Todos a votar el 8 de diciembre. Es cuestión de dignidad.
Caso cerrado, el dictamen final lo tiene usted.
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