En Barrio Nuevo, al oeste de Yaritagua, hasta el año pasado tuvieron su escuela en la que cursaron la primaria unos 220 niños, pero durante las vacaciones FEDE ordenó destruirla para construir una nueva.
Padres, representantes y docentres pensaron que en pocos días se iniciarían los trabajos de construcción de la nueva estructura, pero la contratista apenas limpió el terreno y desapareció.
Mientras los obreros aspirantes a encargarse de los trabajos llevan días esperando ser contratados, el personal docente ha tenido que dedicarse a buscar entre familias de la comunidad algunas casas que puedan ser habilitadas como aulas para dar clases.
Han tenido suerte con algunas, pero otras se han mostrado renuentes a prestar esa colaboración, que ya la aportaron para la escuela técnica agropecuaria José Atanacio González.
Esta semana se les podía ver recorriendo el poblado en busca de los ambientes que les puedan servir para iniciar la temporada escolar en la fecha prevista por el Ministerio de Educación.
Entre las maestras no había mucho optimismo, además de pensar, con sobrada razón, que nunca las constructoras cumplen con las fechas de entrega de obras que prometen.
Contrariamente, la profesora Tita Rivero, directora del plantel, es todo optimismo y así lo manifestó a los periodistas.
“Estamos muy contentos porque vamos a tener la escuela más completa de todo el estado, con todo lo necesario para una institución educativa”, afirma mientras algunas colegas la observan.
“Ese es un proyecto introducido en FEDE en el 2009, que comprende 13 salones de clases, cancha deportiva y también espacios para huerto familiar y la misión Árbol”, agrega eufórica.
Igualmente dijo que en el proyecto aparece reflejada la solución al problema que representa un buco que cruza por el lado sur, el cual ya ocasionó inundaciones en varias oportunidades.
Se espera se tomen medidas para que desaparezca la amenaza que esa corriente de aguas de lluvia representa para la institución educativa.
Cuando le referimos haber visto a sus colegas tocando puertas en casas de familia en busca de convencerlas a que faciliten espacios para convertirlos en salones de clases, también exterioriza su optimismo.
“Eso está ya arreglado porque la comunidad nos ha ofrecido esa colaboración, sólo que tenemos que constatar las que de verdad puedan ser utilizadas para dar clases, mientras nos hacen la nueva”, agrega.
Pero no están felices los obreros padres de familia que diariamente montan guardia frente al terreno donde se construirá la escuela a la espera de ser contratados.
“Aquí llevamos dos meses esperando por el inicio de la obra pero no aparece nadie de la contratista que nos diga cuándo, y por lo visto seguiremos esperando”, dijeron.
Agregó que cuando tumbaron la escuela anunciaron que de inmediato se iniciaría la construcción de la nueva, pero “no se ve nada que vayan a comenzarla y nosotros tenemos que llevar la comida a la casa”.
También en Barrio Nuevo, Las Velas, esperan les resuelvan el problema de la falta de agua, que cada vez se agudiza más hasta llevar a la desesperación a las familias.
Diariamente deben recurrir a dueños de camiones cisternas para que les suministren el líquido vital y les llenen tanques y todo tipo de recipientes disponibles mientras desde Aguas de Yaracuy se decidan a solucionarles la negativa situación que están confrontando desde hace cierto tiempo.
“Pero no vemos que estén haciendo algo para resolver el problema que no nos deja vivir tranquilos porque el agua es necesaria para todo”, manifestó Jacinta Lucena, una ama de casa.
