Entidades geo-territoriales llamadas Barquisimeto (1)
1. El nombre de Barquisimeto
El pueblo Caquetío que habitaba sus orillas, consideraba que las aguas del río Barquisimeto, con cuyo riego garantizaban abundantes cosechas, de sus extensos sembradíos, eran, al igual que el río, entidades sagradas, dadores de vida y al pronunciar el nombre Barquisimeto invocaban bendiciones y protección.
En tiempos difíciles o grandes problemas invocarían de la deidad fluvial el auxilio de sus poderes, como siglos después, del seno del pueblo, surgió una oración, no a la fuente maravillosa de vida que ha sido el río sino a una supuesta “India Barquisimeto” exhibida en una exposición de santerías y ritos mágicos, efectuada en el Consejo Municipal del Distrito Federal en 1976, que a la letra dice:
“¡Oh, noble y prodigiosa Princesa Barquisimeto, tú irradias bondades como los relucientes crepúsculos de tu tierra. Tú que allanas todos los obstáculos en la vida ya que para ti nada es imposible, hoy por medio de esta oración, te imploro me concedas esta gracia: (aquí se expresa la solicitud). Amén.”
¿Resonancia de algún antiguo ritual caquetío al río en cuyo nombre pudiera encontrarse la evocación de “alguna de aquellas históricas muchachas sacrificadas a orillas del río para obtener lluvia en tiempos de sequía”, como se lo figuró el profesor Renato Agagliate (2002) y que es tema tratado en la Relación Geográfica de los alcaldes de Nueva Segovia, en 1579:
“Esta generación adora al Sol y a la luna, y cuando hay falta de agua, que en la comarca de este pueblo falta muchas veces, como dicho es, hacen un sacrificio de esta manera: buscan una muchacha de diez años para arriba, la más hermosa y mejor agestada que hallen, hacen una demanda entre todos de los haberes que poseen, que valen harto poco, y pagan a la madre de la muchacha y le dan todos aquellos haberes que juntan. Solíanla llevar ribera del río que corre junto a este pueblo, y allí con una piedra que ellos tienen y que no tiene filo sino una manera de corte, la degüellan con harto tormento, y ofrecen la sangre por sacrificio, y dicen que quieren dar al sol por mujer”. (Cap. XIV)
Antonio Arraíz (Barquisimeto 1903, New York 1962) en su cuento “La ventaja de llamarse Barquisimeto”, escrito en 1935, decía que al mencionar el nombre de su lar nativo sentía que su poder evocador alcanzaba el estupor. Escribió:
“Barquisimeto tiene un sonido imperioso, categórico; un sonido casi plástico que se impone al sentido del oído de la misma manera que se impone a la vista el mar; Barquisimeto tiene una contextura ortográfica extraña y poderosa; intrincada de sonidos esotéricos; casi provoca ponerse a resolverlo por medio de logaritmos; Barquisimeto tiene un poder evocador que en realidad no sé de dónde parte pero que si sé a donde llega: al estupor”
Y ciertamente, se debe estar de acuerdo con el profesor Renato Agagliate cuando en su trabajo Barquisimeto y su bejuco inspirador (2002) destaca la diversidad de usos que, a lo largo de la historia, se le ha dado a este término, tal como se verá en el presente trabajo.
Agagliate hizo un inventario de “las principales grafías históricas del nombre” Barquisimeto y las dispuso “en un orden poco más o menos cronológico que van desde el segundo cuarto del siglo XVI hasta finales de la Colonia”, un número de 34 grafías de las cuales la primera que anotó fue Variquecemeto, contenida en la llamada Historia Indiana de Nicolás de Federman, realizada en 1530 y la última, Barquisimeto que entre 1546 y 1745 transmitieron diversos autores y que así mismo recogieron Oviedo y Baños y Alejandro de Humboldt y como lo dice Agagliate “es la que trae el pueblo venezolano en su boca y domina en los documentos a partir del siglo XVII”. (Agagliate 2002, p.18)
Las 34 formas de cómo se escribió este nombre, y seguramente se oyó y pronunció por quienes lo recibieron de labios caquetíos, colocados alfabéticamente, quedan así: 1.Baraquecimeto; 2.Baraquicemeto; 3.Baraquicimeto; 4.Baraquicineto; 5.Baraquisimeto; 6.Barequicimeto; 7.Bariquicem; 8.Bariquicemeti; 9.Bariquicemeto; 10.Bariquicimetó; 11.Bariquiçimeto; 12.Bariquimiçeta; 13.Bariquisimeto; 14.Bariquizemeto; 15.Bariquizemete; 16.Bariquizimeto; 17.Baresiquemeto; 18.Barquecimeto; 19.Barquesimeto; 20.Barquicimeto; 21.Barquisimeto; 22.Barraquicemeto; 23.Barraquisimeto; 24.Cariquiçemeto; 25.Varaquisimeto; 26.Varikisimeto; 27.Varikissimer; 28.Varikissimeto; 29.Variquecemeto; 30.Variquecemetó; 31.Variquecimeto; 32.Varkustuneto; 33.Varyquecimeto; 34.Warickissimetho. (Continuará)