El sistema de transporte masivo de Barquisimeto inició sus operaciones sin convencer del todo a los ciudadanos, Quienes con muchas expectativas han decidido hacer uso de esta nueva modalidad vial diseñada para la ciudad.
Si bien es cierto que los detalles técnicos y los motivos que justificaron los cambios que sufrió el proyecto original son desconocidos por todos, también lo es que la mayoría de los usuarios de las unidades muestra cierta empatía con lo que se ha implementado.
Alegan que la posibilidad de reducir la cantidad de minutos utilizados para desplazarse por la ciudad constituye el factor más atractivo que, hasta ahora, conecta a los larenses con el Transbarca.
Aquellos acostumbrados a utilizar las rutas alimentadoras han notado con más profundidad las diferencias entre su transporte usual y el Transbarca. Sin embargo, aún no ha recibido la formación ciudadana necesaria para respetar y defender la nueva infraestructura de transporte instalada.
La información aportada por el Ministerio de Transporte y Tránsito, y el Transbarca, sobre el proyecto ha sido muy escueta, lo cual hace que los ciudadanos no puedan ser capaces de medir la magnitud de su alcance. No conocen la ubicación exacta de todas las paradas o los sentidos a los que se dirigen.
Si se observa en retrospectiva, uno de los grandes problemas de Transbarca no son las rutas o paradas, sino los usuarios, quienes al no hacer un uso adecuado del sistema de transporte, perjudican al operador, al resto de los usuarios y comprometen el mantenimiento en buen estado de la infraestructura.
Los expertos que están acostumbrados a pensar en la ciudad defienden que el comportamiento ciudadano frente a la puesta en marcha de un nuevo sistema de transporte, será el reflejo de la cantidad de educación que reciban acerca de cómo usarlo, qué está permitido y cuáles son sus límites.
El Gobierno no debió haber prescindido de la campaña educativa previa porque los larenses tienen el derecho y el deber de conocer la filosofía de gestión de la empresa, la planeación u organización del mismo, la cultura organizacional de la empresa (misión, visión, objetivos, finalidades, justificación y alcance) y los modos de empleo, tomando en cuenta el uso de los medios de comunicación de masas y estrategias educativas, como charlas en escuelas, universidades, plazas o diversos centros de recreación, o talleres prácticos para interrelacionar a la población con todos los beneficios del nuevo sistema de transporte.
Con esta premisa simpatiza John Seco, coordinador general del proyecto Proformac (Programa de Formación Ciudadana) que, bajo la anuencia de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), y con la venia de expertos en Ingeniería Vial, como José Achúe y Lila Franco.
Es licenciado en Comunicación Social, con mención Desarrollo Social, egresado de la Universidad Católica Cecilio Acosta (Unica) y estudió un postgrado en Gerencia Social en la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA).
Su fascinación por la movilidad urbana en el mundo lo condujo a elaborar, para la tesis con la cual aprobaría la citada especialización, un plan de formación ciudadana para adecuarse a la implementación de sistemas de transporte masivos.
Hoy día, como coordinador general de proyecto Proformac, se atreve a presentar a la colectividad su propuesta de cómo educar en torno al uso adecuado al sistema de transporte.
“Se debe entender que la formación es la acción o efecto de formar o formarse y proviene de la palabra latina formato, lo cual evidencia un hecho personal, pero de carácter grupal y exigente de la participación activa de todos para lograrlo”, precisó antes de aseverar que “esta ciudad no está acostumbrada a un desarrollo urbanístico como éste. Al no hacer una campaña previa, a través de la cual se den a conocer las filosofías de vida o gestión, los aportes, beneficios, alcances, objetivos, misión y visión de la empresa, se genera una pérdida natural del sentido de pertenencia y, en consecuencia, los usuarios comienzan a sentirse fuera del sistema”.
A su juicio, esta situación convierte a las instituciones encargadas de su implementación en un blanco de críticas. Ya se ha mencionado la falta de planificación para el uso de los autobuses por parte de las personas discapacitadas y la seguridad de los usuarios al pasar la calle para dirigirse a sus destinos.
Seco insistió que muchos de estos cuestionamientos se hubieran disipado con la aplicación de una efectiva política informativa.
Romper las malas costumbres
El licenciado Seco resaltó la importancia de erradicar las malas costumbres asumidas por los usuarios que evidencian una cultura ciudadana poco efectiva y cómo es posible transformarla en algo funcional para la población.
“Una de las maneras de formar al ciudadano es mediante las universidades porque éstas juegan un papel fundamental en la construcción de sociedades, sobre todo en una ciudad universitaria como Barquisimeto. Sin ellas no es posible consolidar una buena cultura ciudadana”.
Calificó de desacertado que las autoridades gubernamentales opten por obviar los aportes que pueden hacer jóvenes pertenecientes a la carrera de Urbanismo en momentos álgidos en los cuales se vuelve fundamental el diseño urbano.
“Ellos son capaces de desarrollar estrategias y metodologías que pueden ser usadas en sistemas de transportes masivos como Transbarca”, aseguró.
Priorizar al peatón
Seco se suma a la innumerable cantidad de especialistas que conceden especial importancia a la priorización del peatón en la trama urbana.
Y, tras analizar la manera cómo el ciudadano larense es desarticulado de las decisiones asociadas a su mobvilidad urbana, reiteró que Barquisimeto priorizará al peatón como es debido, cuando se produzca un cambio radical de la cultura ciudadana establecida.
“¿Cuántas veces vemos en la calle a carros, rutas, taxis, camionetas o rapiditos pisando el rayado de cebra, haciendo mal uso del mismo e impidiendo el paso al peatón? ¡Muchas! Igualmente, se puede observar cómo muchos peatones se lanzan a las calles para pasar cuando los automóviles se encuentran en movimiento, sin medir las consecuencias mortales que estas acciones pueden llegar a tener”, reflexionó.
Estudio impostergable
John Seco considera que es impostergable, en función de promover nuevas actitudes ciudadanas, la realización de un estudio de la población para determinar cuáles son sus comportamientos, dentro y fuera de las estaciones de autobuses y unidades, con miras a buscar estrategias para mejorar la cultura ciudadana”.
Confiado en que puede hacerse algo mejor y después de hacer un exhaustivo análisis de lo que resulta adecuado, en término de uso de los sistemas de transporte masivo de varias partes del mundo, este especialista manifestó: “Es necesario que Transbarca convoque a la participación ciudadana amplia, de todos los actores, es decir, ciudadanía en general, universidades, sector privado, los medios de comunicación (por juegar un papel importante en el proceso de sensibilización); y comunicar lo que ellos son y hacen”.
Opinó que “con estos elementos Transbarca puede ser uno de los mejores medios de transporte de la región y de Venezuela, inclusive”.
De igual manera, se mostró dispuesto a colaborar a asesorar a todas aquellas entidades de transporte deseosas de desarrollar un plan de cultura ciudadana orientado a promover un buen uso de sus unidades.
“Tenemos un programa de formación, el cual está a la orden para su utilización, tanto para las personas de Transbarca como para cualquier otra compañía de tránsito urbano. El mismo está avalado por académicos de la UCLA y se está comprobando, de manera eficaz, su ejecución”, confesó entusiasta.
Sobre la educación y seguridad
Según la Ley de Transporte Terrestre, los siguientes artículos referentes a la educación y seguridad vial deben ser implementados a toda costa, tanto por entes gubernamentales como civiles.
De la obligatoriedad de la educación y seguridad vial:
– Artículo 88. El Ministerio del Poder Popular con competencia en materia de Educación, incluirá en todos los niveles y modalidades del sistema educativo venezolano, programas permanentes de enseñanza en materia del sistema de transporte terrestre, educación y seguridad vial.
Las personas jurídicas, públicas, privadas y la sociedad civil organizada, actuarán coordinadamente con los organismos competentes en materia de transporte terrestre y de protección civil, en el desarrollo de los programas de enseñanza que se imparten de manera permanente, así como los de formación cívica y prevención.
De la participación ciudadana:
– Artículo 89. Las autoridades administrativas competentes fomentarán la participación de la ciudadanía en la difusión y observancia de las reglas y normas del transporte terrestre. Para ello podrán organizarse brigadas de voluntarios, coordinadas por tales autoridades que apoyen la realización de la participación ciudadana en las materias y casos que establezcan el Reglamento de esta Ley.
Los recursos destinados al fortalecimiento de programas de educación vial deberán atender a las organizaciones de voluntarios de transporte terrestre, dándole prioridad a aquellas que tengan su origen en los Consejos Comunales.
De la publicidad institucional y comercial:
– Artículo 90. La colocación de toda publicidad institucional y comercial, tales como vallas, señales, carteles, dibujos, avisos luminosos, pancartas y demás medios similares conocidos o por conocerse, deberá ser permisada por la autoridad competente.
Es competencia del Instituto Nacional de Transporte Terrestre autorizar la instalación de publicidad institucional y comercial en las adyacencias del derecho de vía de las carreteras y autopistas nacionales, previa verificación del cumplimiento de los requisitos establecidos en esta Ley y su Reglamento.
Es competencia de los municipios autorizar la instalación de publicidad institucional y comercial en las inmediaciones de las vías urbanas, previa verificación del cumplimiento de los requisitos técnicos establecidos por dichos entes u órganos políticos territoriales en las ordenanzas municipales que a tal fin se dicten.
Corresponde exclusivamente a los municipios la competencia para supervisar y controlar que la colocación de vallas y demás modalidades de colocación de publicidad institucional y comercial se ajuste a las Ordenanzas Municipales referentes a la materia de publicidad exterior, así como también le corresponde la sustanciación y decisión de los procedimientos administrativos indicados con ocasión al presunto incumplimiento de dicha normativa y la aplicación de las sanciones administrativas a que haya lugar.
Observar, sentir y cuidar
Antes de conceder esta entrevista a EL IMPULSO sobre la necesidad de fomentar la cultura ciudadana para la correcta implementación de los sistemas de transporte masivo, John Seco decidió usar las unidades del Transbarca, con el fin de comprobar la efectividad del mismo.
“El trayecto que tomé era el que iba de La Piedad hasta (según creo) el Metrópolis y desde el momento que me monté pude notar la diferencia. Aunque también observé ciertas cosas que podrían ser mejoradas”.
Parte de esas mejoras radican en:
– El correcto uso de las pantallas utilizadas para proyectar imágenes del estado Lara.
“Deberían ser utilizadas para proyectar micros o mensajes sobre una buena cultura ciudadana”, opinó.
– La colocación de los reglamentos básicos para el uso del Transbarca.
“En ellos se pueden hacer referencia hacia la filosofía de vida o gestión de la empresa, para que los usuarios la conozcan”.
– La necesidad de información sobre el sistema y cómo utilizarlo.
– Sembrar conciencia en la población juvenil que hará uso de este sistema moderno.
“Algunos entraban a la unidad gritando o insultaban al operador cuando éste no se paraba en donde ellos querían, sino que lo hacían en su parada correspondiente”.
– Y por último, pero no menos importante, la falta de formación permanente al usuario y la sensibilización para crear una conciencia y una nueva cultura ciudadana.
John Seco concluyó que Transbarca es un mal necesario para la ciudad porque desde hace muchos años necesitaba un nuevo medio de transporte.
