En Crespo: Aislados en El Lirial y La Panchera

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Los campesinos de una amplia zona del sureste del municipio Crespo se sienten olvidados por las autoridades municipales y regionales pues no son atendidos sus requerimientos relativos a servicios públicos.
Son cerca de cien las familias ubicadas en los caseríos El Lirial, La Panchera, Camburito, La Guachafita y otros, dedicadas a la siembra de hortalizas, cambures, plátanos y café, así como a la cría de ganado de carne y leche que, para comenzar, carecen de vialidad para poder trasladarse hasta Duaca a comercializar sus productos o hacer compras.
Marisela Durán es una de las luchadoras por esas comunidades y dijo que recientemente acudió a la alcaldía de Crespo a exigir el arreglo de la carretera y simplemente le dijeron que “no hay plata para eso”.
En realidad el camino del cual disponen no es apto para todo tipo de vehículos y tan pronto cae una lluviecita quedan aislados por completo.
Además de que toda la vía es un completo barrial está el paso de una quebrada donde existió hasta hace tiempo una batea y la corriente se la llevó por completo y ahora es imposible cruzarla cuando llueve duro en las cabeceras.
“Aquí, cuando se enferma una persona, tenemos que echárnosla al lomo para llevarla a Duaca porque ningún carro puede pasar”, explicó.
También hizo un llamado a los encargados de desarrollar planes de viviendas para que tomen en cuenta a las familias de El Lirial, La Panchera, Camburito y La Guachafita a la hora de asignar algunas.
“Las casitas de barro nos van a caer encima una noche de estas y nadie nos toma en cuenta para darnos otras buenas, dignas, como las que promete el presidente Chávez”, dijo por su parte María Durán, otra residente.
Ella vive con su marido y cuatro hijos en un reducido rancho cuyo techo, según expresó, “tiene más huecos que un colador y cuando llueve se moja todo”.
Ambas afirmaron que en esa zona nunca han construido viviendas para las familias necesitadas por lo cual deben arreglárselas por su cuenta para disponer de un techo propio.
Igualmente dijeron que en las campañas electorales son visitados por políticos que les prometen de todo, incluyendo casas, pero ninguno cumple.
Marisela Durán también se refirió al tema de la electricidad calificándole de muy deficiente pues constantemente se registran apagones que dejan como consecencia daños a los pocos utensilios de que disponen y en Corpoelec nadie les responde.
También dijo que no existe alumbrado público pues los bombillos son los mismos de cuando instalaron el servicio hace unos 25 años, los cuales, como es lógico pensar, están quemados.
En la escuelita de El Lirial también tienen problemas pues el comedor no puede funcionar a plenitud por falta de insumos que no son trasladados desde Duaca por el mal estado de lo que aún llaman carretera pero que no es más que un camino de bueyes.
Pero los problemas con la vialidad no se limitan a ese sector ya que desde que se sale de Duaca hacia Quebrada de Oro existen varios tramos en malas condiciones.
Desde las inmediaciones de la hacienda Don Manuel comienzan los huecos, zanjas, fallas de borde o falta de asfaltado que obligan a los agricultores a tomar todo tipo de precauciones para no quedarse atascados en los barriales o caer en una hondonada.
Son numerosos los caseríos en la ruta hasta Quebrada de Oro afectados por esa situación que apenas ha sido atendida con “pañitos calientes” sin resolverse definitivamente.

Fotos: Luis Salazar

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