La pregunta se la formulan diariamente miles y miles de venezolanos. Todo quien sea testigo de la espiral inflacionaria que padecemos espera impacientemente que alguien se termine de disgustar severamente y se inicie, por efecto mariposa, un movimiento que deje pálido al 27 de febrero de 1989. Pero nada que sucede. Especialmente la clase media se desespera aguardando el “gran estallido” que pulverizará el 35% de aceptación que todavía tiene el chavismo, para reducirlo al nivel donde verdaderamente pertenecen, por cierto el mismo porcentaje de los partidos comunistas ortodoxos de todo el mundo, ese nivel gira alrededor del 10%. La escalada de precios es brutal. Es un fenómeno bastante parecido a la hiperinflación, que si bien no llega a las cifras de miles, si se manifiesta con el alza diaria de todos los productos. Recientemente compré un exprimidor de naranjas en 2400 bolívares, unos días más tarde intenté comprar otro para regalo y ya el precio había subido a 6.500 bolívares. Y eso está sucediendo con todo lo importado, es decir con casi todo el mercado. La línea blanca y todos sus repuestos y servicios andan por el 300% de incremento. Los precios de los vehículos y todos sus repuestos y servicios crecen cada día y andan cercano al 500%. Estamos tomando de base los precios promedios del año 2012. Los productos de belleza femeninos no tienen comparación. Son inalcanzables para las grandes mayorías. Y si hablamos de vivienda las cifras son escandalosas. Una vivienda en el 23 de Enero, muy popular hace algunos años y ciertamente más barata, cuesta hoy unos mil millones de bolívares viejos o un millón de los nuevos, me refiero a uno de 70 metros cuadrados. En otra zona popular como Caricuao los precios de igual metraje andan por BsF 1.500.000. Digamos que una pareja de ingenieros recién graduados tienen como salario 18.000 entre ambos, menos toda la retahíla de deducciones le vienen quedando unos 16.000, y con gran esfuerzo, viven con uno de sus padres, pueden ahorrar 6.000 mensual. Si quisieran mudarse al 23 de Enero y necesitaran el 50% de inicial, es decir unos 500.000 bolívares, tardarían en reunirlos nada menos que 83.33 meses, es decir 7 años. Claro en esos 7 años los precios seguirían subiendo y nunca alcanzarían la inicial. ¿Estamos como fuñíos no les parece? ¿Y entonces el estallido? La experiencia mundial nos dice que los movimientos masivos y radicales no son previsibles y mucho menos pueden ser fabricados artificialmente. No es cierto ni será nunca que Capriles, Henri Falcón y 4 más en un conciliábulo secreto puedan orquestar una protesta general y mucho menos controlar su nivel de violencia. Sin embargo los casos en Chile, Brasil, Francia, Grecia, Japón, Malasia y otros más indican que cuando se suman los fenómenos de inflación, carestía, mal transporte y desconfianza en las instituciones políticas y administrativas, especialmente en las policiales y judiciales, estamos en presencia de un coctel explosivo indetenible. Se sabe, con bastante certeza que se producirá, pero no se sabe ni cuándo ni cómo. Lo que es totalmente una verdad de perogrullo es que si las clases humildes, las clases populares, no manifiestan ni expresan su disgusto por la cosas que están pasando no será nunca la clase media quien tomará la protesta en sus manos, bueno, así lo registra la historia de los últimos 200 años. La clase media debe cumplir con su rol histórico cual es el de acompañar a las grandes mayorías en sus luchas diarias. Lo que no puede suceder otra vez, es la pesadumbre electoral que llevó a la oposición a perder más del 40% de la votación desde octubre 2012 (presidencial) a diciembre del mismo año (gobernadores) Si los mismos votantes de abril 2013 (presidenciales) acuden a votar en diciembre 2013 (alcaldes) la oposición ganaría las 100 principales alcaldías con una población cercana al 80%. Ahora, si la inmensa cantidad de clase media, que conforma hasta ahora una parte importante del volumen opositor, se queda en el aparato y no asiste, pues el fulano estallido social, que tanto esperan, no se producirá nunca. Hay que propinarle una derrota feroz y aplastante al gobierno para que el pueblo se oriente en su andar, para que evidencien que hay otro camino, se cercioren que con Chávez murieron las falsas ilusiones que Venezuela entraría al camino de la prosperidad. Así de simple yo veo las cosas. Saludos a todos.
@eduardo_semtei