DIFERENDO DE GUYANA DESPOJO DE SOBERANIA

Con estas palabras del Libertador: “Siempre es grande emprender lo heroico”, deseamos empezar esta columna sobre el diferendo con Guyana Esequiba, controversia limítrofe que instauró el presidente Medina Angarita, porque en estos mismos días, don Nicolás Maduro y el presidente guyanés Donald Ratomar, acordaron en Georgetown, solicitar la intervención de la ONU, para resolver este diferendo sobre el territorio esequibo, del cual fue despojada Venezuela por el imperio británico. Durante el régimen anterior, el extinto Presidente, no expresó interés en defender nuestra soberanía, ni se ocupó en activar las pautas del Convenio de Puerto España, firmado por el presidente Rafael Caldera Rodríguez.
En su génesis, descuella la iniciativa precursora del valiente general Manuel Piar, héroe de San Félix, a la sazón gobernador civil y militar de Angostura, el 18 de febrero de 1817, trató el diferendo con el gobernador de Demarara. Miró claro el ajusticiado general, héroe de la independencia, siendo el primero en protestar por este despojo territorial llevado a cabo por la Gran Bretaña.
La generación de la Independencia tuvo plena conciencia de las aspiraciones de la Pérfida Albión, de un despojo territorial en el Esequibo, limite reconocido por Inglaterra, desde la época de la dominación española. El Libertador Presidente de Colombia, se interesó en fijar los límites de la Gran Colombia, por su lado oriental. A tal efecto, el canciller Pedro Gual, dio instrucciones en 1822, al agente diplomático en Londres José Rafael Revenga, para reclamar al gobierno Británico, la ocupación por los colonos, de terrenos situados a la margen izquierda del Río Esequibo, un párrafo de la nota decía: “Los colonos de Demerara y Bérbice, tienen usurpada una gran porción de tierra, que según los últimos tratados entre España y Holanda nos pertenece, del lado Este del Río Esequibo. Es absolutamente indispensable que dichos colonos, o se pongan bajo la protección y obediencia de nuestras leyes, o se retiran a sus antiguas posesiones”.
Cinco años antes, el general Manuel Piar, envió carta al gobernador de Demerara, cuya es la siguiente cita: “Deseando establecer entre esta Provincia (Angostura) y esa Colonia, las relaciones de amistad y de comercio libre, que han existido entre las demás provincias de Venezuela y las potencias que tienen la gloria de pertenecer a la Gran Bretaña, me atrevo a invitar a Vuestra Excelencia, y suplicarle se sirva permitir nuestras comunicaciones comerciales, conforme a las benéficas instrucciones de ambos gobiernos y a las ventajas reciprocas de uno y otro país”.
Este documento alude a las relaciones de Guyana venezolana, recién independizada y las antiguas colonias holandesas de Demerara, Bérbice y Esequibo, que fueron permutadas a la Gran Bretaña, por las Islas de los Gigantes, o sea, Curacao, Aruba y Bonaire, traspasadas por pacto entre Inglaterra y Holanda. El aludido documento guarda relación con la nota de representación de la Gran Colombia, acreditada en Londres, donde se hace el planteamiento, en 1.822, que los “Colonos de Demerara y Bérbice, tienen usurpada una gran porción de tierra (159.000 Km2) que según los Tratados entre España y Holanda, nos pertenecen, del lado Este del Rio Esequibo”. Son testimonios históricos irrevocables, de trascendental valor probatorio, que ponen de manifiesto el inalienable derecho de Venezuela a rescatar el territorio Esequibo, que le despojó el inicuo Laudo de Paris de 1899.
La posición continua de la Cancillería Nacional, responde a la tradición y a la Historia de nuestra incólume política internacional. Venezuela jamás ha sido Estado anexionista, ni adicta a celebrar convenios contra la integridad territorial de ningún país. En la época gloriosa de la epopeya, el ejército libertador traspasó las fronteras en ofrenda de patria, soberanía y libertad, a lo que Bolívar llamó una “Nación de Republica”.