En el próximo concejo de Iribarren hay que trabajar por hacer realidad el presupuesto participativo, para que éste sea justo y esté definitivamente destinado a las comunidades y puedan ser resueltas las necesidades más apremiantes, expone Zenaida de Salas, candidata a concejal por Alianza para el Cambio.
Considero, dice, que debemos empeñarnos en una labor hacia todos los sectores, sin distingo de ninguna clase y tomando en cuenta los planteamientos de los vecinos.
Mi experiencia como presidenta del concejo de Iribarren por espacio de dos años consecutivos y mi actuación como presidenta de asuntos vecinales en el Consejo Legislativo me hacen conocedora de todos los problemas de las comunidades y, por supuesto, tener claras ideas de lo que la gente espera de sus nuevos concejales y concejalas.
En cuanto a la parroquia Concepción, que represento, el principal problema existente es la renovación de los drenajes, ya que las últimas lluvias que han caído muestran que ya ese sistema colapsa rápidamente y se requiere con urgencia la ejecución de los trabajos.
Conviene señalar, además, que se deben activar ordenanzas tan importantes y necesarias como la de la convivencia ciudadana, la cual nos permitiría tener una ciudad más humana, solidaria, segura y atractiva.
La Alianza para el Cambio es una organización que ha surgido, precisamente, para que podamos vivir en un ambiente más grato, sin pugnas, sin peleas inútiles y sin ese enfrentamiento por motivaciones políticas.
La unidad es posible si logramos recobrar los principios y valores fundamentales que debemos practicar como sociedad civilizada.
En este orden de ideas hay que incorporar a las instituciones educativas y a todas las asociaciones civiles para que queramos nuestras comunidades y trabajemos por ellas con entusiasmo, dedicación y alegría.
Tenemos que acabar con la apatía, la indiferencia y la falta de respeto que están prevaleciendo, porque hemos perdido la capacidad de ser buenos ciudadanos. Queremos un buen municipio.
