Las comunidades ubicadas al oeste de El Tocuyo son consideradas como las más desatendidas por la alcaldía del municipio Morán al punto de que, a pesar de los años de haberse constituido, nunca han sabido lo que es disfrutar de una calle.
“Aquí la vialidad nunca ha existido, y por lo visto va a venir otro alcalde y seguiremos en iguales condiciones”, manifestó Dilcia Casanova, una de las vecinas.
Ella vive en el sector Santa María de El Molino donde hasta ahora lo único que han recibido son promesas por concejales y alcaldes, pero ninguno se ha preocupado en dotarles de calles para poder desplazarse con mayor comodidad por la zona.
Pero en Santa María-El Molino también llevan años exigiendo la red de cloacas para no seguir dependiendo de los pozos sépticos que en temporada de invierno se llenan y no cumplen ningún cometido.
Igualmente les han prometido ese servicio durante campañas electorales pero nunca se ha hecho realidad.
Dilcia Casanova recordó a los políticos que en Santa María-El Molino existen muchos votos y como estamos en otra campaña electoral seguro van a visitarles otra vez, aunque allí los vecinos están “curados” de tantas promesas electoreras y ahora no les harán caso.
El problema afecta a toda la zona de El Molino, la más desamparada del municipio Morán y probablemente desconocida por el alcalde Palma que nunca les ha visitado para darse cuenta de las condiciones en que viven las numerosas familias allí residenciadas.
Otro problema de El Molino, Santa María y Santa Rita es el buco que les cruza de oeste a este y que, por falta de una debida canalización, cuando llueve fuerte se desborda y las aguas negras que por el corren se salen de su cauce e inundan viviendas a su alrededor.
Además, los malos olores que salen de esa corriente constituye un gran foco de contaminación provocador de enfermedades gastrointestinales o de la piel, especialmente entre la población infantil.
Para los vecinos de la zona es indispensable una buen a canalización del buco con la debida protrección a fin que deje de ser una amenaza latente para toda esa población que tiene pleno derecho de vivir sin amenazas a su salud, lo que no ocurre en la actualidad ante la indiferencia oficial.
