El fenómeno natural del domingo o tornado, y el fuerte aguacero con vientos del lunes que afectaron Quíbor y caseríos de los alrededores dejaron en evidencia que en el municipio Jiménez no están preparados para atender una emergencia de esa naturaleza y mucho menos otras superiores.
Cuando una comunidad es afectada por una situación irregular que involucra a numerosas personas se recurre en primer lugar a Protección Civil o al Cuerpo de Bomberos de la localidad, pero en el caso de Quíbor ninguno de esos organismos dispone de equipamiento suficiente para socorrerle.
Protección Civil Jiménez carece de unidades para que sus funcionarios puedan trasladarse a los lugares afectados pues la ambulancia de que dependían principalmente les fue robada hace varios meses y nunca fue recuperada.
A los abnegados servidores públicos les quedaba una con muchos años en servicio pero la noche del lunes, mientras acudían a una comunidad afectada por la lluvia colapsó el motor que ya venía presentando serias fallas, quedando sin nada.
“Desde la gobernación nos mandaron una camioneta más nueva, pero no tiene motor, o sea que hemos quedado en las mismas”, expresó el inspector Marcelo Martino, su director.
Para colmo de males un vehículo particular que era utilizado la mañana de este martes también quedó inactivo por desperfectos mecánicos graves, dejando al organismo sin unidad para movilizarse ante una emergencia.
El Cuerpo de Bomberos de Jiménez no está en mejores condiciones por lo que la colectividad del municipio ha venido insistiendo ante el alcalde Luis Plaza sobre la necesidad de dotarle del equipamiento necesario para que pueda prestar un mejor servicio pues la vocación de servicio del personal existe, pero sin equipos no pueden hacer mucho.
La emergencia del lunes
El aguacero con ventarrones que el lunes por la tarde afectó por segundo día el municipio Jiménez provocó la alarma en algunos sectores, en especial en Quíbor.
Las situaciones más serias se vivieron en los sectores conocidos como la Ceiba y la calle 8 entre 14 y 15, donde las aguas inundaron algunas viviendas, aunque ya este lunes habían retornado a la normalidad.
Norelis Torrealba, de la calle 8, dijo haber vivido minutos de terror con su familia cuando un árbol ubicado en el patio de su casa se desplomó sobre una enramada donde pocos minutos antes habían estado reunidas varias personas.
“Cada vez que llueve nos inundamos porque llevamos años pidiendo al alcalde la canalización de ese buco por el que pasa toda el agua que viene de arriba, pero nunca nos han hecho caso”, afirmó.
Las misma desagradable situación la vivió Alicia Yépez y su familia cuya casa también está al lado del buco que se convierte en río cuando llueve fuerte, como ocurrió el lunes.
“Una vez hablamos con el alcalde y le planteamos la situación pero lo único que nos dijo fue que no tenía plata para hacer nada, por lo que el problema sigue igual o más grave conforme pasa el tiempo, inundándose la casa con cualquier aguacero, como ocurrió ayer”, manifestó.
Escombros en El Pueblito
Este martes, en el caserío “tocado” por el tornado del domingo, las familias afectadas continuaban dedicadas a remover escombros y tratar de reponer techos y paredes arrastrados o averiados por los fuertes vientos.
El artesano Rafael Jiménez, el más damnificado por el fenómeno, logró recuperar una parte de las piezas de barro que había elaborado y tenía listas para llevar al horno y luego a la venta, pero, sin embargo, las pérdidas son cuantiosas por lo que sería necesario que algún organismo, alcaldía de Jiménez o gobernación, le presten alguna ayuda para recuperar su casa taller y volver a la normalidad.