El circuito refinador de Venezuela está operando a un 74 por ciento de su capacidad, procesando 1,2 millones de barriles por día (bpd) de crudo, incluyendo la unidad Isla en Curazao, según un informe interno de la estatal Pdvsa visto por Reuters el viernes.
Una larga cadena de incendios, pequeñas explosiones y cortes de energía han afectado recientemente a las plantas venezolanas, además de una gran explosión en la refinería de Amuay el año pasado.
Los incidentes han obligado a Petróleos de Venezuela a buscar productos petroleros importados, una tendencia creciente que está impactando la balanza de pagos del país meses después de que el presidente Nicolás Maduro asumió el cargo.
Un operador que sigue de cerca las compras de Pdvsa dijo a Reuters esta semana que la compañía, que cuenta con una cadena de cuatro refinerías domésticas y alquila la planta Isla de 335.000 bpd en Curazao, importará varios cargamentos de diésel y gasolina catalítica en las próximas semanas para abastecer a su mercado interno.
Unidad paralizada
“La unidad de alquilación número 1 y la unidad de TAME están paralizadas por problemas operacionales en Cardón. La unidad de vacío número 3 continúa apagada debido al incendio que ocurrió el 13 de agosto”, dice el reporte.
Asimismo agrega que un incendio en una chimenea ocurrido la semana pasada en Amuay no afectó las operaciones, pero detalla que el craqueador catalítico y una unidad de alquilación en la mediana refinería El Palito están trabajando a una tasa reducida debido a problemas de funcionamiento.
La refinería de Puerto La Cruz, que está operando a casi su máxima capacidad, planea reiniciar su unidad de hidrotratamiento de diésel de bajo azufre (ULSD por su sigla en inglés) a finales de agosto, según el documento.
Mientras que Bajo Grande, la refinería más pequeña de Venezuela, con una capacidad de 16.000 bpd y adjunta al Centro de Refinación Paraguaná (CRP), está cerrada por problemas operacionales.
Después de varios meses de fallas, la refinería Isla sigue funcionando parcialmente debido a los frecuentes cortes de energía eléctrica.
El operador dijo a Reuters que las compras venezolanas de combustibles terminados son ahora usuales desde que ocurrió la severa explosión que golpeó a Amuay hace un año con un saldo de más de 40 personas fallecidas.