El Medio Oriente se ha convertido en el escenario trágico de la guerra de la tercera generación, con la lucha asimétrica que deja de lado la confrontación entre fuerzas armadas y ejércitos; y lo que es peor la perspectiva del uso de armas de destrucción masiva, como es el actual caso de Siria, con el comprobado empleo de armas químicas.
Desde la confrontación entre Irak e Irán 1980 – 1988 en la llamada “Guerra de las Ciudades”, por primera vez después de la segunda guerra mundial se utilizaron misiles contra las poblaciones civiles del modelo Scud-B comprados a Moscú. En 1988 se comprobó que Saddam Hussein utilizó armas químicas contra la minoría kurda en Halabja. Su propio yerno Kamel responsable del programa de armas de Bagdad antes de ser ejecutado por Saddam había denunciado los programas iraquíes, no solo atómicas sino bacteriológicos y químicas.
En materia nuclear Israel fue el primer país en tener la bomba atómica desde 1966, pero otros estados árabes han tratado de llegar a ella e incluso se afirma que Irán el estado persa de la región, más allá de su programa nuclear pacífico pudiera tener acceso al átomo militar. Hoy la comunidad Internacional trata de que Teherán renuncie al programa de enriquecimiento de Uranio.
Al igual que otros diplomáticos acreditados en Libia conocimos en Trípoli los desarrollos de armas de destrucción masiva del coronel Gadafi en Rabtat, Sebna y Tarhuna, donde con la ayuda de alemanes, belgas y británicos desde 1990 ya se habían producido armas químicas como el gas mostaza, Sarín y Soman. Contemplamos el desmantelamiento y la destrucción de las mismas cuando el líder libio decidió dialogar con el Occidente. En otros países del medio oriente las armas químicas se cubren bajo la fachada de fábricas de productos químicos farmacéuticos, por su facilidad y bajo costo se han denominado las armas químicas de los pobres.
Desde la creación de las Naciones Unidas en 1945, la comunidad internacional trató de limitar las armas convencionales y eliminar las armas de destrucción masiva. Desde 1952 la Comisión Única de Desarme, que incluía a los cinco miembros del Consejo de Seguridad, para promovió un desarme general y completo. Desgraciadamente, el grado y el nivel de armamento de los estados no han podido supervisarse y no está sujeto a normativa internacional. En el caso de las armas convencionales, sólo se prohíben o restringen algunas de ellas. En cuanto a las armas de destrucción masiva sí hay tratados internacionales. Las armas nucleares para su prohibición tienen tratados como el de 1968, que regula su uso de las armas nucleares y compromete a los estados en cuanto a la fabricación, posesión y control.En América Latina existe un Tratado de Proscripción de las Armas Nucleares desde 1967.
En cuanto a las armas bacteriológicas, que utilizan organismos vivos de cualquier naturaleza o material infeccioso para causar enfermedades o muerte; el régimen legal y la prohibición para su desarrollo, producción y almacenamiento está prevista en las Resoluciones de la ONU de 1969 y en la Convención que las prohíbe de 1972.
En el caso de Siria, todo indica que se han utilizado armas químicas de destrucción masiva y como delito internacional puede ser sancionado por la ONU bajo el mandato internacional sobre la prohibición, desarrollo, producción y almacenamiento, y la necesaria destrucción de las mismas, del 13 de enero de 1993.Siria además de poseer armas químicas, tiene algunos viejos misiles Scud-B y misiles adquiridos en China y Corea del Norte (CSS-6/M-9 y los NO-DONG).
Las armas químicas, actúan sobre el sistema nervioso, utilizando las propiedades tóxicas de esas sustancias para matar, herir o incapacitar al enemigo. El uso de las mismas constituye un crimen contra el derecho internacional y puede justificar una intervención de carácter colectivo en función de la defensa de los derechos humanos, Siria ha demostrado tener estas armas, pero ahora corresponde a la ONU investigar si las recientes muertes y el uso de las mismas ha sido ejecutado por el gobierno o por las fuerzas rebeldes en una guerra que se ha prolongado por dos años en ese país. Desde 1997, los estados han destruido sus arsenales de armas químicas pero Siria no se ha hecho parte del tratado de prohibición de las mismas. Estas armas con agentes químicos letales nerviosos producen la muerte en forma inmediata por asfixia, utilizando gases como el Sarin y el Tabung, fueron las utilizadas en Siria, las cuales causaron 1300 muertes cerca de Damasco.
El 29 de abril de 1997 entró en vigor la Convención Internacional sobre Armas Químicas, hasta ahora ha sido ratificada por 186 estados incluyendo Venezuela, pero Siria se ha negado a ser parte de la misma y ahora se ha traspasado la línea roja.
@jcpinedap
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Siria en la línea roja
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