En los espacios públicos de la ciudad es necesario aplicar los lineamientos de Acupuntura Urbana del arquitecto Jaime Lerner, el cual reza que debe ser entregada la calle al peatón para libre movilidad dentro.
En diferentes puntos de la ciudad, se observa el apoderamiento de espacios por el comercio informal, que gana cada vez más terreno a falta de ofertas de empleos concretas que puedan satisfacer las necesidades del ciudadano.
Tal es el caso, de la carrera 15 en las inmediaciones de la plaza Miranda, donde se han instalado un conjunto de negocios dedicados a la economía informal desde hace algunos años. En la zona se encuentran opiniones encontradas, en el cual los consultados manifestaron los aspectos positivos y negativos de este tipo de establecimientos en la zona.
El lugar es adyacente con el Colegio de Ingenieros, donde Néstor Galíndez, agremiado de la organización, aportó su juicio de valor en relación a la situación.
“El comercio ilegal no debería existir, las normas están para cumplirse y para ello necesitarían tener la permisología legal necesaria. Se trata de un plagio porque no respeta el derecho de autor por la venta de copias y no cumplen pagos de impuestos. En mi opinión lo ilegal trae lo ilegal, lo cual indica que estos negocios no tienen buena reputación. Sin embargo, la autoridad se hace la vista gorda sin cumplir sus funciones”.
No obstante, opinó que este tipo de comercio es la solución de muchas familias que desean generar aportes económicos a la altura de sus necesidades.
“Estas personas buscan la manera de alimentar su familia. No existen oportunidades para el comercio formal, por lo tanto la gente acude a este tipo de comercio”.
Falta de empleo y mayores ganancias
De igual forma opina Jennifer Santos, quien es propietaria de un establecimiento informal. “Estos espacios son creados por la falta de empleo y oportunidades para crecer. Es más, obtengo mayores ganancias en este comercio que trabajando en una empresa de manera formal”.
También, expresó que la comunidad es beneficiada por la adquisición de servicios a bajo costo, aunque reconoció ciertos impasses con la comunidad por el alto volumen generado por vehículos que aparcan en la zona.
Comunidad en vigilancia
Por otro lado, Ángela Moncada, habitante de la zona, manifestó que estos espacios informales otorgan beneficios a la comunidad, debido a la obtención de bienes y servicios a bajo costo.
“Nosotros lo que pedimos es limpieza y orden en estos espacios. Comprendemos la situación de estas familias por obtener recursos.”
Además, expresó que la comunidad está en constante vigilancia de los establecimientos a fin que no ocurran hechos irregulares que perjudiquen su calidad de vida.
Problemas en las noches por alto volumen
Al llegar la noche, los establecimientos suelen ser espacios para el compartir de propios y visitantes, donde han resultado diversas quejas de los vecinos de la zona, quienes consideran que la alta frecuencia sonora perturba sus horas de descanso. Así lo explicó, Roberto Padua, trabajador de una panadería cercana.
Prosiguió declarando que la movilidad urbana del sector es perjudicada por la cantidad de vehículos que aparcan indebidamente en estos espacios, lo cual genera incomodidad en los conductores.