La avenida Las Industrias, al noroeste de Barquisimeto, conecta importantes complejos empresariales con el casco central de la ciudad. Además, es el enlace principal con las poblaciones de Pavia y Bobare, así como también populosos sectores como Los Crepúsculos, Rafael Caldera y Moyetones.
Esta importante arteria presenta numerosas irregularidades en su carpeta asfáltica, que influyen en la movilidad y generan molestias en conductores y peatones.
El aspecto general de la capa de rodamiento denota desgaste, producto de un largo período sin ser sustituido. Las fisuras en diversos puntos de la vía dejan ver que el asfalto cumplió hace mucho su vida útil.
En el canal de servicio que se encuentra en sentido sur-norte, antes de llegar a la entrada de la urbanización Los Crepúsculos, hay varios huecos de considerables dimensiones, uno de ellos, justo al lado del acceso a una estación de servicio.
La maleza y la basura también hacen parte del paisaje, sobre todo en el tramo comprendido entre la avenida La Salle y Los Crepúsculos. Además, también se aprecian ramas y restos de árboles caídos.
Otra gran abertura en el asfalto se encuentra frente a la entrada del Complejo Siderúrgico Nacional (antigua Sidetur). Las aceras en ese tramo de la avenida están desencajadas, y muchas de ellas partidas o levantadas por las raíces de algunos árboles.
Cloaca desbordada
En el cruce con la avenida Rui Lemos de Dias, que da acceso a la Zona Industrial II, un nauseabundo olor invade el lugar, molestando a conductores, pasajeros y transeúntes que transitan por la intersección.
La fetidez se debe a una cloaca desbordada, cuyas aguas emanan de una alcantarilla y fluyen por la avenida, hasta desembocar en la entrada del Complejo Siderúrgico Nacional.
Además, estas aguas servidas arrastran en su trayectoria sedimentos, basura y hojas, que terminan depositadas en las bocas de visita aledañas a la empresa siderúrgica.
Avenida a oscuras
Otro problema que deben enfrentar los usuarios de la avenida Las Industrias, es la oscuridad reinante en horas de la noche, por cuanto las luminarias instaladas a lo largo de la vía no funcionan.
Cerca del acceso al distribuidor Moyetones de la Circunvalación Norte, el equipo reporteril de EL IMPULSO pudo observar un poste arrancado de cuajo que yace sobre la isla de la avenida, incluso con su soporte de concreto desprendido del piso.
Rafael Velasco, encargado de una fuente de soda ubicada en una de las estaciones de servicio, cerca de la entrada de Los Crepúsculos, comenta que “desde que comenzaron los racionamientos, no han encendido las luces de la avenida. Esto en la noche queda completamente oscuro”, señaló.
Comerciantes denuncian extorsiones
“Aquí los que deberían ser garantes de la seguridad, son los primeros delincuentes”, sentenció Velasco, en alusión a los cuerpos policiales que patrullan el sector.
Relató que “en una ocasión usaron un menor de edad para que ordenara un trago en el local donde labora, con la intención de extorsionarnos. Antes de que el muchacho tocara la cerveza, estaban aquí dos policía pidiendo plata”, denunció.
Oficios abandonados
Junto al poste caído en la isla de la avenida, poco antes de llegar a la salida del distribuidor Moyetones, se encontraba una caja contentiva de múltiples oficios y comunicaciones, con el membrete de la Inspectoría del Trabajo Pedro Pascual Abarca, dependiente del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social.
Los documentos poseían el sello húmedo del despacho que los emitió, e iban firmados por su titular, la abogada María Alejandra Useche. La mayoría de ellos hacían alusión a ciudadanos que habían sido resultado elegidos delegados de prevención en distintas empresas, y estableciendo que por lo tanto no podían ser despedidos ni desmejorados.
