Venezuela sancionó el martes una ley que le permitirá al Gobierno del presidente Nicolás Maduro regular los precios de los automóviles y motocicletas nuevas y con hasta 10 años de uso, en medio de una creciente escasez de autos y la rápida alza de los precios en el mercado secundario.
El gobierno socialista alega que los concesionarios y ensambladoras han inflado los precios de los autos manipulando la oferta, mientras la industria se defiende diciendo que su actividad ha caído ante la escasez de divisas para la importación de piezas y las constantes disputas laborales.
Según la legislación, los precios de los autos -así como sus partes y accesorios- serán tasados mediante una fórmula que ponderará el costo de los insumos, la mano de obra y la rentabilidad en el caso del ensamblaje local; y las condiciones y año del vehículo, en caso de ser una auto usado.
La iniciativa del partido de Gobierno, que tiene años en el ruedo político, fue aprobada a pesar de que la minoría opositora del órgano unicameral alertó que iría contra la ya alicaída producción de marcas con ensambladoras en el país como Ford <F.N>, General Motors <GM.N>, Mitsubishi y Chrysler.
«(La ley) enfrenta la especulación, el acaparamiento, la usura hacia la familia venezolana, que con mucho esfuerzo quería comprarse un vehículo y se encontraba con que prácticamente lo atracaban (robaban)», dijo el vicepresidente de la Asamblea Nacional, Darío Vivas.
El modelo socialista instaurado por el fallecido Hugo Chávez y continuado por su heredero político, Maduro, ha privilegiado el control estatal de la economía a través de rígidos controles de cambio y precios, que regulan desde los alimentos, hasta los alquileres y los artículos de higiene personal.
El uso y endurecimiento de los controles en la última década
no han prevenido el avance de la inflación, que hasta julio acumuló un alza de 29 por ciento. Tampoco han logrado prevenir el desabastecimiento de bienes.
«La población oye de estas leyes y piensa que en efecto podrá acceder a los bienes más baratos y fácil. Lamentablemente esto no es lo que ha pasado con los sectores que han sido regulados», dijo la diputada Vestalia Sanpedro de la bancada opositora.
La ley, que también regulará los precios de los autos importados, plantea abultadas multas e incluso encarcelamiento para los individuos o concesionarios que vendan vehículos con precio por encima del precio regulado.
Las sanciones podrán extenderse a los notarios públicos que validen la compra o venta de un vehículo con precio fuera de la regulación, y a los portales de internet o medios de comunicación que publiquen avisos con precios por encima del autorizado.
Según la Cámara Automotriz de Venezuela, el ensamblaje local decayó un 34 por ciento entre enero y julio frente al mismo período del año anterior, mientras que las ventas cayeron un 15 por ciento en el mismo período.
El Ministerio de Finanzas ha reconocido que el renglón automotriz mantiene una demora sustancial en su asignación de divisas en medio del control de cambio.
Venezuela es uno de los pocos países del mundo donde los vehículos suben de precio una vez fuera de la tienda, dada la baja oferta de vehículos y la poca capacidad de ahorro de los venezolanos que ven en los carros un refugio ante la inflación.
El tiempo de espera para comprar un auto nuevo puede prolongarse hasta dos años, lo que ha hecho proliferar las coimas en concesionarios.
Un sedan del año en un concesionario puede ser adquirido en unos 40.000 dólares, calculado a tipo de cambio oficial de 6,3 bolívares por dólares. En el mercado secundario el mismo modelo del 2012, es ofertado en al menos 60.000 dólares.
REUTERS