La ciudad es el reflejo de sus ciudadanos, por tanto, tiende ser un espacio participativo y complejo donde convergen distintos puntos de vista.
Situaciones de anarquía y apoderamiento de espacios públicos son parte de un cúmulo de necesidades económicas y sociales en consecuencia a la falta de planificación del crecimiento exponencial de un colectivo.
El centro de Barquisimeto, principal núcleo económico de la ciudad, es altamente demandado por el ciudadano para la ejecución de diligencias. Progresivamente, se observa cómo esta zona sufre las consecuencias por la baja oferta de empleo y el aumento del tránsito automotor.
En recorrido por esta zona, el equipo de EL IMPULSO, observó problemas perceptibles:
Buhoneros: Colocados entre la acera y la calzada de la vía, obstaculizando el tránsito peatonal, ofrecen el acceso directo a bienes y servicios de la población de manera informal. Este sistema restalta el detrimento de las oportunidades económicas en la nación.
Tambien, existen lugares informales de venta de comida rápida, en el cual representan un problema de salud pública para el ciudadano que consume alimento dentro de un entorno contaminado.
Basura
Es consecuencia del aumento de desechos generado por comerciantes de la economía informal, el cúmulo de actividades en un espacio reducido y por la incorrecta gestión de organismos municipales.
El nauseabundo olor se apodera en cada calle y avenida irritando el transitar de los ciudadanos.
Patrimonio deteriorado: Las historias de las ciudades son contadas por sus espacios arquitectónicos y estructurales del pasado, donde se refleja el valor de la convivencia del colectivo. Sin embargo, en el centro de la ciudad los edificios antiguos quedaron silenciados en el olvido, opacados por diversas capas de afiches políticos y grafittis.
Carpeta asfáltica: La vialidad del sector sucumbe ante el desconocimiento de organismo municipales. Diariamente los conductores deben sortear cada obstáculo a fin de no perjudicar la integridad física del vehículo.
Actitud de conductores: Por no existir lugares adecuados para el aparcamiento de vehículos, los ciudanos tienen la necesidad de cometer una infracción a fin de resolver la diligencia lo más pronto posible. En el centro de la ciudad, la circulación de vehículos se utiliza en un canal, mientras que los restantes son usados como estacionamientos.
A estos problemas, se les une la insuficiencia de espacios acordes para el disfrute de la naturaleza. Los ciudadanos optan por estos espacios en busca de drenar sus inconvenientes.
Es por ello, que es necesario el ordenamiento de la planificación de la ciudad con la participación de sectores productivos y ciudadanos.
Desorden y falta de planificación
Marco Tulio Mendoza, presidente de la Fundación Sociedad Amigos de Barquisimeto (Fundasab), expresó que el centro de la ciudad vive las consecuencias de la desatención de organismos gubernamentales que no acataron las especificaciones regidas por la Planificación del Desarrollo Urbano Local (PDUL).
“Lamentablemente vivimos en una sociedad destruida por la anarquía y el desorden, estas conductas son generadas por políticas públicas inadecuadas. Los ciudadanos necesitan empleos dignos, seguridad y sistemas de trasnporte eficaces. La prevención de estos problemas estaban previamente identificados en el PDUL, sin embargo, no se le dio la debida atención”.
Crecimiento del parque automotor
“Otro inconveniente que se debe considerar, es el crecimiento del parque automotor.
Hemos creado un nivel intolerante de tráfico que de alguna manera tambien ha contribuido con el caos en el centro de la ciudad, donde se han quitado espacios importantes para la movilidad urbana.
Además, la alta concentración de monóxido de carbono perjudica directamente en los ciudadanos, quienes puede sufrir de enfermedades crónicas a largo plazo”, apuntó.
Policentros
Asimismo planteó la creación de policentros, espacios periféricos provistos a descongestionar la actividad social y comercial concetrada en un punto específico.
“Los centros periféricos son importantes para la distribución equitativa del desarrollo de una ciudad, en el cual se brindan espacios alternos para la ejecución de las diligencias.
Finalmente, es pertinente considerar que la ciudad es un espacio democrático, donde sus ciudadanos deben comprender y reflexionar su entorno, a fin de promover mejoras funcionales en el beneficio colectivo. En ese sentido, el cambio debe comenzar en la sociedad en general.