Industria trabaja a un 40% por falta de divisas, el consumo ha caído y por eso cede esta variable
El Sicad en camino de convertirse en un Caballo de Troya, ya que no liquidan las divisas de las subastas
El Banco Central de Venezuela acaba de anunciar con bombos y platillos, que la inflación en julio tuvo una variación de 3,2%, menor a la del mes previo que fue de 4,7% y también a la de mayo que fue de 6,1%; sin embargo, la inflación acumulada se elevó a 29% en los primeros siete meses del año, muy por encima de las estimaciones iniciales de inflación del gobierno para todo el año que eran de 14% y 16%; amén de que la inflación anualizada correspondiente a julio se ubicó en 42,6%.
Por supuesto que para el gobierno esta es una buena noticia, no así para el resto del país porque mantener un crecimiento inflacionario intermensual de 3,2%, no es precisamente como para sentir que estamos transitando por el camino correcto, sobre todo cuando el criterio generalizado es que la desaceleración de la inflación se produce porque el aparato productivo nacional está paralizado, las divisas siguen sin aparecer y el consumo se ha desplomado en forma significativa, es decir no es que el gobierno haya estado aplicando políticas adecuadas para revertir la tendencia imparable de la inflación.
En Fedecámaras advirtieron que el modelo no está funcionando, no se están tomando las medidas y los correctivos adecuados para que el modelo deje de tener las causas perversas que genera, no solo en la inflación, sino en la parte de crecimiento y la paralización del plantel industrial, que es una de las causas del descenso de la inflación.
Por supuesto que al presentar el comportamiento de los precios en el mes de julio, tanto el BCV como el INE, destacan la desaceleración, no hacen referencia a la inflación anualizada, tampoco al hecho de que el desabastecimiento se incrementó y está nuevamente bordeando el 20%, lo que indica que de 100 rubros que se comercializan en el mercado, 20 no se consiguen en los anaqueles.
Nadie quiere vivir en medio de una economía inflacionaria, todos los empresarios están conscientes que la lucha contra la inflación es uno de los principales retos que tiene el gobierno, pero a la vez todos debemos luchar contra ella porque nos afecta a todos en general, especialmente a los consumidores, lo que pasa es que el alto gobierno presenta solamente los cortos de la película, no muestra la película completa.
En estos momentos, en vista de que no hay divisas, el Sicad va rumbo a convertirse en un nuevo fracaso, Cadivi sigue manteniendo las demoras para la aprobación y liquidación de las divisas; no hay cómo importar materias primas e insumos, los inventarios de la mayoría de las industrias están agotados, las posibilidades de que se genere un incremento de la producción nacional, se ven cada vez más remotas, de allí que el desabastecimiento no solo se mantendrá en el corto y mediano plazo, sino que aumentará de mantenerse la actual situación.
Los economistas y las empresas de consultoría coinciden en que este año, el Producto Interno Bruto será negativo, o en el mejor de los casos tendrá un crecimiento cero; pero también señalan que la inflación seguirá creciendo y ya se habla de una inflación anualizada, al cierre del año, de 50%, de tal manera que Dios nos agarre confesados.
Sicad un caballo de Troya
Las dudas, la desilusión y la frustración parecen estarse apoderando de los miles de industriales, comerciales y hasta personas naturales que han estado participando en las subastas del Sistema Complementario de Administración de Divisas, en las cuales se habrían asignado más de US$ 600 millones, por cuanto muchas de estas empresas y comercios, aún no han recibido la liquidación de las divisas que les fueron asignadas hace casi tres meses.
Quienes en forma más dramática han elevado sus quejas, son los comerciantes del puerto libre de Nueva Esparta y de la Zona Franca de Paraguaná, los cuales están perdiendo en esta oportunidad de aprovechar la zafra de vacaciones, cuando cientos de familias venezolanas se dirigen hacia esos destinos, no solamente por el atractivo de las hermosas playas, sino para aprovechar de adelantar las compras navideñas de ropa, electrodomésticos, licores, quesos, perfumes, ya que los negocios están totalmente desbastecidos por ausencia de las divisas para realizar sus importaciones.
Aseguran los dirigentes gremiales de estas zonas, que en Margarita las ventas han caído en un 40%, los inventarios están vacíos y las posibilidades de reponerlos para el mes de diciembre se hacen cada día más remotas lo que estará afectando a más de 80.000 personas que trabajan en los comercios; en tanto que en Paraguaná las ventas han caído en 60% y la crisis es igualmente dramática, porque tampoco han recibido las divisas que les asignaron en las subastas, a pesar de que el tiempo ha seguido su curso y el Ejecutivo sigue adelante anunciando que próximamente se realizarán nuevas subastas.
La inquietud que más se percibe, es por el hecho de que el Gobierno no termina de hablarle claro al país, sigue aplicando paños calientes, “asignando divisas” en las subastas, las cuales luego no liquida, comenzando a sentir los empresarios y comerciantes que están siendo engañados, que no se les está diciendo toda la verdad.
La gente de Margarita ha solicitado del Ejecutivo, que se le asigne un cupo fijo, en función de sus importaciones históricas de 40 años, asegurando que con US$ 1.100 millones por año podrían operar sin problemas; mientras que la gente de Paraguaná asegura que con US$ 400 millones al año, resuelven sus problemas. Veremos qué decisión toma el gobierno, pero insistimos, el problema es que no hay dólares.