Por la puerta del sol – Fascinante mitología (II)

Quien se cierra a los arcanos de la mitología no sentirá nunca lo que es la dicha de encontrarse en el camino la raíz de en un tiempo ido y darle vida; no sabrá lo que es sobrevolar el espacio sin alas, ser sacudido por los torbellinos de los Silfos y las Sílfides, seguir el rastro del sol dejado por las ardientes ruedas del carro de Helios, entrevistarse con Apolo y pedirle que libere al mundo de las plagas y pestilencias políticas, no sabrá lo que es rodar sobre pistas soleadas, arañar la tierra, extraer lo valioso de lo añejo, no entenderá la razón de elegir vivir bajo el influjo de la flecha dorada de Cupido o la de plomo del olvido, no gozará del canto mágico del ave Fénix ni percibirá sus lágrimas, sublimidades que ayudaron a Harry Potter a acabar con el malvado y cruel basilisco.
Quien no siente curiosidad hacia lo oculto no podrá saber lo que es embelesarse, volar gratis sobre Pegaso el caballo de Hércules, llegar más allá de las nubes, medir el arco iris y bañarse de colores, no podrá descubrir el misterioso fondo de la historia de Eros y de Psique, tampoco podrá suponer lo que es rosar mentalmente las alas mágicas de un hada, captar la habilidad musical de Apolo, meterse por los brillantes senderos de Atenea y robar un poquito de luz a su sabiduría, no podrá merodear por el rincón del caos que dio vida a los titanes, no entenderá lo que es el vellocino de oro conquistado por el héroe Jasón, tampoco se dará cuenta de la belleza espiritual, el amor a los bosques, la agilidad y destreza de los elfos, imposible que pueda dar un paseíto en el carro de Poseidón, aspirar el perfume de las flores y lirios de Perséfone, tampoco experimentará lo que es regresar a los tiempos de alegría por los campos de la primavera, pasar por el verano y cuidar las cosechas que deja el otoño antes de que las cubra el frío del invierno. No tendrá idea del susto que produjo en las aves dañinas del lago Estinfalo el sonido de las castañuelas de Heracles, para poder atraparlas y matarlas a flechazos. Quien no siente curiosidad por lo misterioso, no entenderá la alegoría que representa la sensualidad de la infiel Leda experimentada al lado del cisne que escapó del ataque del águila feroz, nunca sabrá la delicia que se siente al deslizarse en góndola de plata por el inagotable océano de la imaginación.
No todo es verdad o total mentira. Con el tiempo todo cambia. La mitología ha servido para calmar el ansia y curiosidad de los humanos y comprender lo que les pasa y los rodea.
Cuando el escritor se mete en este laberinto fantástico se sitúa en el umbral de la historia, acude a su don, explota su habilidad, se instala en su mundo real, lo utiliza e interpreta acudiendo a aquello que es más amplio que el conocimiento mismo: la imaginación.
Lógica, realismo y fantasía utilizó la escritora J.K. Rowling para dar una explicación a los diferentes acontecimientos y grandes problemas de la vida y sueños del ser humano.
El mundo griego vivía instalado en la actitud. La mitología aparece muchos siglos antes de Cristo, el modo de pensar se hace universal. La actitud utiliza la mente para la comprensión y dominio del mundo natural y humano. Alejandro Magno llegó, cortó el nudo gordiano y conquistó Asia. Solo quienes se atreven llegan lejos. La crítica es férrea a veces, contra las interpretaciones que da a sus figuras mitológicas J.K Rowling en su obra Harry Potter.
Los mitos son el reflejo de las emociones humanas. Cada quien es libre de creer o no creer. En manos del hombre todo puede ser manipulado, soñado, imaginado, narrado, expuesto. La historia y la Mitología son producto de la interpretación de quienes fueron sus testigos, sus traductores y presentadores. Sinceridad, habilidad, honestidad y fe son obra de quien piensa, investiga y deduce sea filósofo o historiador.
A través de arquetipos la historia y los mitos revelan verdades y visiones fundamentales sobre la naturaleza humana. Expresan los puntos de vista y creencias de época, región, país y religión que las originaron. La verdad relativa se basa en lo que se ve, se palpa y existe. Solo el axioma posee la verdad absoluta. No se requiere que demuestre nada, su verdad es evidente, se justifica en sí misma.
La Mitología destapa la riqueza que esconde el polvo de la historia, es dueña de la inmensa e incomparable riqueza de un tiempo ido. ¡Oh Grecia! tus enigmas no hay quien aun hoy los comprenda…
Último capítulo próximo sábado.