Durante los años sesenta, ante el surgimiento de la democracia representativa, aliada con los intereses de los EEUU, el enfrentamiento al movimiento guerrillero, encontramos una CTV controlada por AD, comprometida con el Pacto de Punto Fijo e inmovilizada por interese políticos, lo que dio pie al surgimiento de otras centrales de trabajadores opuestas, pero poca movilización sindical se produjo. En 1963 se constituyó la Central Unitaria de Trabajadores de Venezuela (CUTV), iniciativa de los expulsados de Acción Democrática, sectores de izquierda y fundamentalmente del PCV. En 1964, grupos vinculados a la Iglesia católica y al partido COPEI crean la Confederación de Sindicatos Autónomos de Venezuela (CODESA). En 1971, un importante grupo de dirigentes y militantes de Codesa, críticos al dominio de COPEI, crean la Confederación General de Trabajadores (CGT). Ninguna de estas tres centrales de trabajadores pudieron desplazar el dominio de la CTV.
Fue a partir de 1971, con la huelga de Sidor, cuando se reinicia un proceso de movilización sindical. Luego vendría la huelga de la Bananera y la huelga nacional textil de 1977. Todo esto en el contexto del boom petrolero, a partir de 1974, profundizándose la Venezuela rentista y populista, que permitió aumentar el control y apaciguar las luchas sindicales y populares, así como lograr una relativa pacificación política.
A comienzo de los 80 comienza la crisis y se agudizan los enfrentamientos, que por la menguada renta petrolera ya no pueden ser mediatizados totalmente con las prácticas populistas. Uno de los más duros golpes fue la intervención del Banco de los Trabajadores de Venezuela, BTV. Los ahorros de esta institución formaban parte del fuero económico de la CTV y la dirigencia sindical. Nuevamente en estos años, frente a la terrible crisis, que como siempre golpeaba con más dureza a los pobres, el movimiento sindical, salvo algunas excepciones, no fue protagonista fundamental de las luchas, ocupando este puesto las luchas estudiantiles, entre otros.
Con la política neoliberal, puesta en marcha a partir del segundo gobierno de CAP (1989-1993) y continuada por Caldera (1994-1998), el sistema social marcha hacia su polarización. La conformación de una economía rentista, que había permitido al Estado venezolano, sin dejar de privilegiar a la burguesía, satisfacer sus necesidades y dar gratificaciones a los demás sectores de la población, había llegado a su fin. En relación al sector laboral, la mayor expresión de las medidas neoliberales se produjo con la reforma laboral de 1997, quitándole la antigüedad de las prestaciones sociales, aceptada plenamente por la CTV, reforma que pretendía la flexibilización del trabajo, bajo la promesa- incumplida- de la creación de mas empleos y mejores salarios.
Además dentro de este mismo contexto se había formado una clase media de gran magnitud, que había sido uno de los sustentos principales del sistema. Las nuevas medidas económicas llevan a la desaparición de estos estratos sociales y a la pauperización de los sectores de menores recursos. La clase media que había sido un sector representativo de la sociedad Latino Americana, del populismo del Estado empresario, empleador, esta clase ahora le ha tocado ingresar en la fila de los pobres. Lo que sin duda haya acrecentado el nivel de protesta y de conciencia de estos últimos.
Los cambios políticos desde finales de los años 80 del siglo pasado, permiten suponer una modificación de la relación entre Estado y burguesía, ya que a partir de ese momento el sistema capitalista venezolano y más específicamente su burguesía, dependerían más de la protección política–militar del Estado para su permanencia que de los beneficios económicos que este Estado (empobrecido) les podía dar.
Todo esto hasta llegar al histórico 1989, cuando el Pueblo Llano, sin dirección, en forma espontanea toma las calles en protesta, en la movilización popular mas importante en la historia nacional, desbordando la capacidades de los partidos y sindicatos progresistas, pero también del gobierno, que solo bajo el uso de la mas brutal violencia pudo detenerlo momentáneamente, pero que marco el cambio político de la sociedad venezolana, que se profundizaría con las insurrecciones militares de 1992, la salida de Carlos Andrés Pérez del poder, y lo mas importante la victoria popular en las elecciones del 1998, que llevaron a Hugo Rafael Chávez a la presidencia.
Al inicio del gobierno de Chávez, aunque hay un discurso nacionalista y a favor de los pobre, los eternamente excluidos, no se asume una postura clasista, y mucho menos ligada a corrientes políticas radicales, como el socialismo ni el marxismo. Ambiguamente Chávez proclamaba la Tercera Vía de Tony Blair. El discurso social era mas moderado, menos conflictivo a la burguesía, llegó hablarse de alianzas, defendía a la burguesía nacional, y así quedó expreso en la Constitución de 1999, donde se consagra la propiedad privada y otros derechos de las sociedades capitalistas. Se hacía referencia a la necesidad de ampliar la clase media y que todos fuéramos una gran clase media. En ese contexto surgieron agrupaciones de empresarios con Chávez y la Clase Media en Positivo. Continuará…