El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, admitió el domingo que no han sido fáciles sus primeros 100 días de Gobierno, en los cuales ha enfrentado desde problemas económicos hasta el desconocimiento opositor tras su ajustado triunfo en las urnas.
Maduro obtuvo la victoria a mediados de abril por 1,5 puntos porcentuales, en unos comicios plagados de polémica tras el reclamo de su rival electoral, Henrique Capriles.
El candidato opositor desconoció posteriormente los resultados oficiales, impugnó el proceso electoral y exigió una auditoría que el árbitro no cumplió cabalmente.
Aunado al turbulento panorama político, la economía tampoco le ha dado tregua al ex sindicalista y chofer de autobús de 50 años: el país petrolero sufre un brote inflacionario mientras su economía se ha desacelerado fuertemente en medio de una fuerte escasez y actos de corrupción públicos que han salido a la luz.
«No es fácil, compañeros, esta lucha que hemos dado en estos últimos 100 días», dijo Maduro desde Sabaneta, el pequeño pueblo natal de Hugo Chávez ubicado en el occidente del país, durante un acto marcado por el natalicio del fallecido mandatario.
«En nombre de nuestro comandante Hugo Chávez: apretemos los tornillos donde haya que apretarlos y unamos al pueblo cada vez más y preparémonos para nuevas batallas, para nuevas victorias», agregó Maduro bajo una persistente lluvia.
POPULARIDAD A LA BAJA
Durante los 14 años que gobernó Venezuela, Chávez cimentó su enorme popularidad con decenas de subsidios directos -bautizados como «misiones»-, alimentados con la jugosa renta petrolera. Ello lo llevó a múltiples victorias electorales que dejaron a la oposición política fuera de juego por casi tres lustros.
Sin embargo, con su muerte por cáncer y tras el ascenso de Maduro al Palacio presidencial de Miraflores, las cosas se complicaron para el chavismo, que en poco más de tres meses ha tenido que enfrentar acusaciones de fraude, débiles datos económicos, una devaluación y escándalos de corrupción.
Según recientes encuestas, Maduro ha retrocedido en sus índices de aprobación por debajo del 50 por ciento y Capriles ha venido ganando terreno para colocar a la oposición, por primera vez en años, por encima del chavismo.
En ese contexto las próximas elecciones municipales de diciembre son vistas por ambos bandos políticos como un termómetro de su popularidad y Capriles ha insistido en que serán un plebiscito ante la negativa de las autoridades a sus reclamos por un supuesto fraude en las presidenciales de abril.
«Fracasos económicos, fracasos políticos, fracasos sociales. Y quieren esconder todo eso detrás de mucho ruido, de muchos insultos y gritos, de mucha bulla. Y es que son eso: bulla, pura bulla», escribió Capriles en su columna dominical.
El también gobernador del estado Miranda ha sido víctima de los reclamos iracundos del Gobierno de Maduro por reunirse con los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos; de Chile, Sebastián Piñera, y con el ex mandatario peruano Alan García, en su intento por internacionalizar sus reclamos.