Espacios destinados al descanso eterno, cuyos visitantes se encuentran con el recuerdo de sus familiares fallecidos en un ambiente de paz y serenidad, donde momentos de reflexión y recuerdos son conjugados con el suave aroma del ambiente; sin embargo la realidad de los camposantos de la ciudad está muy alejada de las necesidades básicas de la sociedad.
A simple vista un largometraje de terror pudiera filmarse sin mayores problemas ante las condiciones de los cementerios, donde se pueden conseguir tumbas profanadas, desborde de maleza que cubre las lápidas en su totalidad, pozos cubiertos de aguas estancadas, calles en mal estado, iluminación deteriorada e incesante soledad.
Por estas razones, actualmente se utilizan como espacios circunstanciales de visita en días conmemorativos, tal como es el caso del Día de los Muertos o el aniversario de defunción. La resignación pesa en el sentimiento de los familiares que se preguntan si sus seres queridos están descansando en paz.
Según el criterio de Ángela Anyul Jiménez, expresidenta de la Asociación de Camposantos del estado Lara, las autoridades municipales nunca han tomado en cuenta que los cementerios son sitios de reposos y descanso donde los familiares tienden a expresar su sensibilidad, es por ello que considera que estos lugares deben ser amenos para visitantes y difuntos.
“Las autoridades municipales de la ciudad a lo largo de los años no le han prestado la debida atención a los cementerios de esa jurisdicción, por el motivo de no generar beneficios políticos que logren aumentar su popularidad. No comprenden el verdadero beneficio de la adecuación de espacios óptimos para el esparcimientos de sus ciudadanos”.
Asimismo, manifestó su preocupación por el uso de estos espacios, afirmando que son utilizados para las fechorías de delincuentes y el culto religioso mediante la profanación de calaveras que, en ocasiones, son encontradas en los alrededores del camposanto.
Inseguridad
“Los cementerios son el alojamiento ideal para delincuentes, violadores, practicantes de cultos religiosos, ladrones y demás personas indeseadas, por lo tanto, el ciudadano pierde la confianza de asistir en estos espacios porque sienten el peligro de su integridad física. Los camposantos no cuentan con seguridad apropiada.
Además, los visitantes sienten el miedo de caer en una fosa o ser picados por algún animal por la ingente maleza que cubre las tumbas”.
Asociación de camposantos
Jiménez, en su labor en la asociación, recordó el trabajo realizado en el cementerio Bella Vista, el cual es considerado patrimonio municipal por el valor arquitectónico de sus mausoleos que datan de los siglos XIX y XX.
“La idea de la asociación fue de mi tío Juan Bautista Fréitez Urdaneta, quien reunió recursos a fin de mejorar las condiciones en que se encontraba el panteón familiar. Desde ese entonces se creó en el año 1998 con el apoyo de la Sociedad Amigos de Barquisimeto y el núcleo de arquitectura de la Universidad Central de Venezuela”.
“Sin embargo, fuimos sacados en el 2010 por la alcaldesa Amalia Sáez sin justificación alguna. A partir de ese instante hemos visto desgastarse toda nuestra labor como asociación civil sin fines de lucro. Actualmente siento la tristeza de pasar por un lugar con maravillas arquitectónicas de gran valor que se pierden por la desidia y la desatención de organismos municipales”, refirió.
Según explica, la asociación se centró en la creación de un colectivo que contribuyera directamente a la atención de los camposantos de la ciudad, mediante recursos de organismos gubernamentales y privados que serían destinados al mantenimiento de las estructuras, caminerías y áreas verdes.
“En varias ocasiones solicitamos a la municipalidad la concesión de los espacios para así atender los problemas de los camposantos mediante un ente descentralizado. Sin embargo las respuestas fueron negativas y se frenó la gestión que veníamos haciendo con tanta dedicación y esfuerzo”.
Privatización de camposantos
Entre tanto, Jiménez puntualizó que la mejor solución a los problemas de los cementerios de la región es la privatización de los mismos, el cual se enfoque con un sistema generador de recursos que pueda cubrir el mantenimiento y la atención directa en los camposantos. Además, opinó que la creación de asociaciones sin fines de lucro fortalecería las condiciones estructurales del último hogar de los mortales.