El número de muertos por la guerra civil en Siria ya sobrepasó los 100.000, dijo el jueves el jefe de la ONU, quien pidió conversaciones urgentes para poner fin a los dos años y medio de violencia a pesar de que el gobierno del presidente Bashar Assad fustigó a Estados Unidos como un inapropiado mediador de paz.
En un suceso más carnicería despiadada, un coche bomba mató al menos a 10 personas e hirió a 66 en una zona residencial favorable al régimen, cerca de la capital.
Todos los intentos internacionales para negociar una solución política a la guerra civil en Siria han fracasado. A pesar de un estancamiento que se ha instalado durante meses, ambas partes siguen creyendo que pueden ganar la guerra y han puesto condiciones imposibles para las negociaciones.
La comunidad internacional no ha podido _y según algunos no ha querido_ intervenir lo suficiente como para inclinar la balanza a favor del régimen de Assad o de los rebeldes.
«No hay una solución militar en Siria», dijo a la prensa en la ONU el secretario de Estado norteamericano John Kerry. «Sólo hay una solución política, y eso requerirá un liderazgo con el fin de llevar a la gente a la mesa (de negociaciones)», añadió.
Habló antes de las conversaciones con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien dijo que la cifra de muertos había aumentado de casi 93.000 hace poco más de un mes a más de 100.000. Grupos de oposición sirios habían hecho ese mismo cálculo hace un mes.
El levantamiento contra el régimen de Assad comenzó en marzo de 2011 y se deterioró hasta convertirse en una insurgencia con crecientes connotaciones sectarias.
Ban pidió al gobierno sirio y a la oposición poner fin a la violencia, y afirmó que es «imprescindible contar con una conferencia de paz en Ginebra tan pronto como sea posible».
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