Un tanto difícil
Hace poco más de 2012 años ocurrió el nacimiento de Jesús de Nazareth, también conocido como Jesús, Cristo o Jesucristo, quien es la figura central del cristianismo y uno de los líderes religiosos más influyentes en el mundo occidental.
Los relatos referentes al nacimiento e infancia de Jesús, proceden exclusivamente de los evangelios de Mateo (mt 1,18-2,23) y de Lucas (lc 1,5-2,52). Según Mateo, María y José vivían en Belén. Ella quedó inesperadamente embarazada y José decide repudiarla, pero llegó un ángel y le anuncia en sueños que el embarazo de María es obra del Espíritu Santo y, su hijo, es el Mesías que esperaban los judíos. Según Lucas, María y José vivían en la ciudad de Galilea de Nazareth, y al quedar embarazada, el ángel Gabriel se le presentó a María anunciando que su hijo es el Mesías esperado por los judíos. En ambos relatos se comenta que las autoridades de aquel entonces (reyes y emperadores) estaban muy asustados por el nacimiento de Jesús y ordenaron asesinar a varios recién nacidos, de allí surgió el famoso día de los inocentes (28 de diciembre). José se entera de las intenciones de las autoridades por lo que decide huir y, de esa forma, logra salvar a Jesús, quien a los pocos años se convierte en el líder religioso que todos conocemos. Con la llegada de los españoles al continente americano, este territorio sirvió para la expansión del cristianismo y, Venezuela, es uno de los mejores ejemplos. Prueba de ello es que, el artículo 59 de la Constitución Nacional vigente, establece la libertad de religión y culto. Lamentablemente, la situación ha cambiado desde el año 2002, cuando comenzó un enfrentamiento entre el Gobierno nacional y los representantes de la iglesia. Es más, en estos once años se organizaron eventos en los que se idolatraba al máximo líder del actual régimen, anunciando que él era el nuevo representante del cristianismo. Y uno de los mejores ejemplos es cuando ya anunciada oficialmente su muerte el 5 de marzo, Venezuela quedó paralizada varios días debido al duelo nacional decretado y en los discursos oficialistas se equiparaban a Jesucristo y Hugo Chávez (QEPD). Esto hizo que el Arzobispo de Caracas, Jorge Urosa, exclamara el domingo 24 de marzo “Jesucristo es único e irrepetible”. Por ello es difícil que la iglesia logre convencer a los oficialistas, quienes ahora creen que su líder máximo es otro Mesías. Mientras que, del lado de la oposición, siempre han existido buenas relaciones con la iglesia y prueba de ello es que entre 1958 y 1998, recibimos varias visitas del Papa y se construyeron infinidad de templos, como la Catedral de Barquisimeto.
Nepatali Paredes
El diálogo
Al fin, el gobierno se ha dado cuenta que tiene que dialogar con los organismo que hacen vida en el quehacer venezolano. La iglesia es parte fundamental de la vida del venezolano. Y lo menos que el gobierno podía hacer es dialogar con quien guía nuestra vida espiritual. Todavía están frescos los insultos que el difunto presidente profería contra las autoridades de la iglesia. Durante 15 años, el poder se ha negado a dialogar. En algunos programas de televisión aparecen los representantes del sector oficialista llamando al diálogo, pero al asistir a alguna asamblea comienzan los insultos donde se dicen algunos epítetos dignos de la más baja ralea del bajo fondo. Acto seguido, se lamentan porque la oposición no dialoga. Mientras el gobierno no manifieste una verdadera disposición para el diálogo, éste no se podrá dar y la disposición es respetar al otro. El verdadero diálogo es ceder en parte mis ideas y que el otro también ceda en algunas cosas, y esto parece que le causa terror al gobierno. Los gobiernos mal llamados socialistas, les da miedo aceptar las opiniones distintas a las de ellos, porque creen que esto sería una debilidad propia de la democracia que ellos no aceptan. Revisemos la definición de diálogo: “un diálogo describe a una conversación entre dos o más individuos, que exponen sus ideas o afectos de modo alternativo para intercambiar posturas. En ese sentido, un diálogo es también una discusión o contacto que surge con el propósito de lograr un acuerdo”. La Iglesia tiene que seguir insistiendo en conversar y plantearle al gobierno las cosas crudamente, no puede seguir el país en esa diatriba que en nada ayuda al pueblo. Que el gobierno acepte que no sólo es economía sino que tenemos necesidad de un desarrollo espiritual y eso se consigue con la participación de todos, pero fundamentalmente con la Iglesia. No es casual que la delincuencia y la pérdida de valores en nuestros jóvenes. Desde el año 2000, la educación religiosa fue sacada de nuestras escuelas básicas, por lo menos en Yaracuy. Antes el estado nombraba un docente para que impartiera educación religiosa que pertenecía a la nómina de la escuela, en esas clases se afianzaba los valores que tanto tiene que ver con el comportamiento del niño y futuro joven. Esas actividades son las que tienen que ser objeto de acuerdo, no es solo hablar sino que la Iglesia tiene que realizar actividades dentro de la escuela y la comunidad. Proclamar el Evangelio tal y como lo exige Nuestro Señor Jesucristo. Ya Monseñor Arias lo dijo en el año 1957, en su Pastoral del 1º de Mayo: “Entre el socialismo materialista y estatolatra, que considera al individuo como una mera pieza en la gran maquinaria del Estado, y el materialismo capitalista liberal, que no ve en el obrero sino un instrumento de producción, una máquina valiosa, productora de nuevas máquinas en su prole, está la doctrina eterna del Evangelio, que considera a cada uno de nosotros, sin distinción de clases ni de razas, como persona humana, como hijo de Dios, como base y fuente de los derechos humanos” .
Marceño Piña
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Un Clero conciliador
Desde la caída del imperio romano, la religión que en su mayoría era el cristianismo inicia en su totalidad una fuerte influencia en la política. Dentro de la Edad Media existieron grandes personajes como Sócrates, Platón, Carlos Magno, entre otros, que permitieron abiertamente que el Clero, y quienes las componen, sean parte de una política de Estado. Desde allí hasta nuestra actualidad, el Clero ha sido pilar fundamental en cada sociedad, independientemente de la ideología política que se practique. Hoy, siglo XXI, nos topamos con grandes enfrentamientos políticos, sociales y económicos, producto de una alta polarización política y un manejo de un discurso lleno de división, odio, exclusión y egoísmo. Tomando en cuenta la raíz de la unión político-religioso me permite decir que sin duda ambos sectores políticos han hecho bien en llamar al Clero venezolano para así demostrar, a una sociedad tan vulnerable, las posibles salidas a tantos conflictos excluyentes. Si dentro del marco del respeto verdadero de la objetividad e interés por una nación de paz y unión, el Clero venezolano a mi juicio aportara, en la medida de lo posible, lo necesario para crecer como país, como pueblo e hijos del mismo Dios.
Erick Fréitez
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En búsqueda de la paz
En los últimos días hemos visto a la iglesia muy activa en búsqueda de la paz y vemos con buenos ojos como chavistas y opositores acuden a entrevistarse con los pastores del amor y el perdón, buscando mediación y conciliación, tan necesarias en este momento que nuestro país esta convulsionado por tantas diatribas y sinsabores producto de una mala gerencia política y de la falta de visión y comprensión por parte de los actuales rectores políticos de nuestra nación, que sienten que tienen el agua hasta el cuello y, por este motivo, buscan con desespero tablas de salvación. Por eso indagan, por todos los medios, el modo de ganar de nuevo la credulidad del pueblo que cada día deja de creer en la utopía socialista, porque, evidentemente, éste sistema no ha podido, ni podrá, proveer a los venezolanos de bienestar social. En cambio, los resultados están a la vista, un país estancado, inflado y quebrado y, si salimos adelante, es gracias al tesón de los venezolanos que estamos decididos a luchar y no permitir que nos roben la alegría que nos ha caracterizado a través de los tiempos. Por eso aprovechamos el dinero que hay en las calles, (no producto de la industrialización, si producto de la venta del petróleo) para hacer negocios y ventas informales que nos permitan seguir subsistiendo. Sin duda que los venezolanos estamos haciendo un postgrado en el manejo de la crisis y de donde saldremos egresados con títulos honoríficos, pues la crisis de valores, económica, social y politica tiene ya varias décadas. En este gobierno, esa crisis, ha llegado a altos niveles, por estos motivos no hay derecho a que los ciudadanos de este país sigamos siendo gobernados por una clase política incompetente y mediocre.
A mi me parece que la actitud repentina que han tomado los oficialistas acudiendo a la iglesia no es sincera, como puede serlo si hasta hace poco ésta era vilipendiada y satanizada por quienes hoy se dan golpes de pecho y ante las cámaras de televisión se rasgan las vestiduras dando gritos de paz. Hay que recordarle a estas personas que la paz no es simplemente una bandera que se iza y se agita, la paz es un sentimiento que tiene que ser cultivado a cada instante de nuestras vidas, la paz es ausencia de malos pensamientos y resentimientos, por eso se me hace difícil creer en el arrepentimiento de los revolucionarios que nunca han promovido la paz y el orden, muy por el contrario históricamente ellos han sido los promotores del desorden, la violencia y el caos, como es que ahora pretenden hacernos creer que se han convertido en inocentes ovejas o en mansas palomas.
Sin duda que, tanto la iglesia católica como protestante, es el lugar ideal para buscar la paz, el amor y la concordia, es allí a donde acudimos las almas en búsqueda de la protección y el amor de Dios. Ojalá los revolucionarios, una vez que salgan de estos lugares sagrados y se inserten de nuevo en la vida cotidiana, tengan una visión más clara de lo que hay que hacer para enmendar los problemas del país y que no sigan gastando sus energías en insultos y maltratos a la población que no piensa como ellos. Los venezolanos estamos urgidos en encontrar a líderes genuinos que hablen de la paz y la sientan para contagiar de amor y progreso a toda la nación.
Alirio Palencia
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Punto medio
En todo conflicto con extremos tan diametralmente opuestos, se hace necesaria la intervención de una figura de poder que esté en el medio y que no busque un mayor estatus que el alcanzado durante toda su existencia. En tal sentido, entre la oposición y el gobierno, la iglesia, en cualquiera de sus presentaciones, puede ser la que estire los brazos de los que están en conflictos para que unos se alcancen con otros, para que nos pongamos de acuerdo, de una vez y por todas, en las soluciones que necesitamos los venezolanos y en los problemas comunes que todos estamos interesados en resolver, por el bienestar de todos los que compartimos esta tierra.
Que noble es la iglesia, que después de ser insultada, pisoteada, minimizada y todo lo que quiera usted mencionar, pone la otra mejilla para que, en base a ella, se busque una solución. Esperemos que las partes involucradas no vean esta como una oportunidad de jugarles sucio a sus contrincantes y de verdad tengan un diálogo sincero, para superar estos problemas que nos ha llevado al estancamiento durante los últimos años. Porque nadie tiene la verdad en sus manos, nadie puede imponerla y las cosas son compartidas. Más cuando hablamos sobre el concepto de país, que debe ser la participación de todas las partes involucradas, inclusive las extremas. Esperemos ver frutos de estas discusiones, para el bien de todos nosotros.
Rafael Torres
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Próximo tema:
Balance del plan Patria Segura
Luego de que ha transcurrido más de un mes de la activación del plan de seguridad denominado Patria Segura, que ha involucrado a diferentes órganos del Estado venezolano en la seguridad ciudadana, deseamos preguntar, ¿qué opina usted de este dispositivo? ¿Ha sentido el alcance de este plan? ¿Cree que ha disminuido la violencia en la calle?
Envíenos su opinión a [email protected] antes del 26 de julio y será publicada el 29 del mismo mes, en la página 2 del cuerpo A.
